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Mostrando entradas de abril, 2015

“El reinado de la brujería” de Jack Williamson

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Jack Williamson fue un autor longevo como pocos. Falleció con noventa y ocho años, teniendo el dudoso honor de sobrevivir a autores que habían admirado su trabajo durante su adolescencia, como H.P. Lovecraft e Isaac Asimos. Su estilo y sus temáticas fueron cambiando, conforme maduraba y cambiaba el género. Criticó la “oscuridad” del estilo de algunos autores modernos y procuró siempre poder ser entendido claramente. Sus novelas: “Más oscuro de lo que pensáis” y “Los humanoides”, me parecieron en su día muy bien escritas, aunque el argumento se retorciera innecesariamente y las explicaciones científicas, farragosas y, con toda probabilidad, absurdas entorpecieran algo la lectura. Fiel a su filosofía de publicaciones, los libros de Barsoon nos ofrecen aquí una muestra del Williamson más pulp de sus inicios. Un relato de fantasía heroica, de espada y brujería, en la que se recrea la historia del mismísimo Teseo, uno de los primeros héroes del panteón occidental, en su lucha con

“Bifrost” de Rodolfo Martínez

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Como bien explica aquí , la idea de Rodolfo Martínez era realizar una historia-puente que englobase “La sonrisa del gato”, “Los celos de Dios” y “Un jinete solitario”. Y un relato protagonizado por la inteligencia artificial creada a partir de los recuerdos del vaquero, que también había leído por algún lado. Esa historia puente es “Bifrost” O en otras palabras, es la compilación de esas páginas, a menudo escritas en cursiva, que separan las diferentes partes de una antología, y que yo siempre suelo leer por encima y a toda pastilla, muriéndome de impaciencia porque se termine el relleno y empiece lo bueno. En la nave Bifrost un delfín y una rata, una rata de “Tierra de nadie”, se entiende, asisten a las clases de un profesor humano, dotado de inmensos poderes telepáticos, durante las que reviven momentos importantes de la historia. Esos momentos contenidos en “La sonrisa del gato”, “Los celos de Dios”, “Un jinete solitario” y ese relato de cuyo nombre no logro acordarme

“Las ciudades perdidas de Marte” de Leigh Brackett

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En mi panegírico anterior sobre la obra cinematográfica de Leigh Brackett se me olvidó intencionadamente incluir que también figura como guionista de “El imperio contraataca”, otra de mis películas favoritas de todos los tiempos. Su último trabajo para el cine. Según recuerdo del blog de Rafa Marín, no es exactamente cierto. La historia no deja de ser de George Lucas y lo que Brackett hizo fue un primer borrador, el guión definitivo fue de Lawrence Kasdan. Eso no impida que sea un magnífico reclamo publicitario, que aparezca bien destacado en la contraportada, en la que se atribuye a nuestra autora el título de “Reina indiscutible del space opera”. Mi primer contacto con Leigh Brackett fue la novela “La espada de Rhiannon”. A mi hermano, que era su dueño, le parecía muy mala. A mi me encantó. Supongo que mi hermano se sintió decepcionado por la descripción poco realista que daba de Marte. A mí, en cambio, me sigue pareciendo la mejor “Espada y brujería” que he leído, aunque

“Vivir de noche” de Dennis Lehane

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Hacía tiempo que tenía ganas de echarle un tiento a Dennis Lehane. Más o menos desde que sé que “ Gone Baby Gone” , “Mystic River”, “Shutter Island” son adaptaciones de novelas suyas. “La entrega”, sino me equivoco, es una adaptación de un relato suyo, con guión del propio Lehane, quién además ha firmado la novelización de la película. Por si fuera poco, ha formado parte del equipo de guionistas de las series de televisión “The wire” y “Boardwalk Empire”. Curiosamente, fue la finalización de esta última, la serie de televisión que más me ha enganchado desde “Breaking Bad” cuyas tres últimas temporadas me vi muy seguidas, la que me decidió a leer la presente novela, puesto que transcurrían en la misma época, la de la gran depresión y la prohibición. “Vivir de noche” cuenta la trayectoria vital de Joe Coughlin, hijo y hermano de policías, de atracador a gangster y desde su Boston natal a Tampa y Cuba. Después de ver sus adaptaciones fílmicas, cabía esperar una serie negra de

“Amanecer” de José Antonio Cotrina

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José Antonio Cotrina parece empeñado en convertirse en el autor con más entradas en mi blog, mediante el método de ir distribuyendo con cuentagotas sus antiguos relatos por Internet. Y yo que se lo agradezco. Al contrario que en su díptico “Mala racha” – “Salir de fase” que juntos configuraban una novela, aquí se trata de un relato, de notable extensión pero, relato, “novelette” que le llaman los extranjeros. Relato pertenciente al subgénero de “ciudades desiertas”. Este subgénero es ya un clásico dentro de la ciencia ficción y la fantasía, tanto escritas como filmadas, que ha dado lugar a obras maestras como la novela “Soy leyenda”. En la mayoría de las ocasiones, la urbana desolación se debe a algún tipo de catástrofe o plaga. En otros, como el que nos ocupa, ocurre, nunca mejor dicho, de la noche al día, sin aparente explicación.             Joaquín despierta y todo el mundo parece haber desaparecido. Para empeorarlo todo, los sentidos del oído y del gusto también se ha