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Mostrando entradas de octubre, 2017

"Neuromante" de William Gibson

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Hay libros que sólo deberían leerse en un momento determinado. “Neuromante” se publicó en 1984 y se convirtió en una obra de culto. Prácticamente, creó un subgénero de la ciencia ficción, el cyberpunk, cuya influencia traspasó la literatura para convertirse en un fenómeno cultural. Se ha repetido hasta la saciedad que en ella aparece por primera vez la palabra “cyberespacio”, aunque la realidad es que William Gibson y la había usado en algunos relatos anteriores. David Pringle incluye “Neuromante” entre sus “100 mejores novelas de ciencia ficción” y no escatima halagos hacia ella. Todo eso me pilló muy joven, más que adolescente todavía era un niño. Excepto cuando la escribe Rodolfo Martínez, la cyberpunk nunca ha supuesto el menor interés para mí, ausencia de sense of wonder , supongo. Desde mi desconocimiento, tengo el prejuicio de que el género no ha evolucionado, sino que sigue repitiendo los mismos clichés que ya se han vuelto tópicos, incluso en el cine y la televisión y me h

“Mobtel” de Rafa Marín

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Esta novela juvenil de Rafa Marín empieza con un autodeclarado mcGuffin de primera categoría, su joven protagonista Tomás, herido y escondido en un depósito de agua. Cumple su cometido, incita a seguir leyendo, pero puede dar una impresión equivocada de la novela. “Mobtel” es principalmente la historia de un chaval español viviendo en Inglaterra y buscándose la vida, lo que se complica mucho cuando su madre tiene que volver a España para cuidar de su abuela paterna. La trama criminal tarda mucho en aparecer y, aunque correcta, tampoco es gran cosa. Es mérito innegable de su autor que un lector tan alejado como soy yo de su público potencial haya podido disfrutarla sin problemas. “Mobtel” está bien escrita, es entretenida y contiene algunas reflexiones muy interesantes sobre el paso del tiempo y las relaciones entre las personas. Los personajes son sólidos y perfilados con brevedad y eficacia. El principal Tomás, que además es el narrador, es simpático y pronto se hace querer por

“Rachel rising” de Terry Moore

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Me considero un gran aficionado al cómic. No suelo postear sobre ello, por la sencilla razón de que tardo mucho menos en leer un cómic. que un libro, lo que se traduce en que si reseñara cada cómic. que me leo, mi vida privada consistiría únicamente en actualizar este blog. Lo que no me daría tiempo para leer cómics, pero eso es otra historia … El puente del 12 de Octubre me ha dejado mas tiempo libre y he decidido saltarme esta norma. El caso es que tenía un gran agujero en mi curriculum lector, no había leído nada de Terry Moore, autor de culto desde que publicara “Strangers in Paradise”. No he empezado con esta obra, como sería lógico y he preferido tirarme a algo más comercial. “Rachel Rising”, teóricamente, cuenta la historia de una joven que, después de ser asesinada, se levanta de su tumba anónima en medio de un bosque, decidida a buscar a su asesino. Premisa impactante, ¿verdad? ¡PUES ES MENTIRA! “Rachel Rising” no va de eso. En realidad va de una niña, llamada Zoe, que n

Evasión

Escribir en mi blog exige una cierta tranquilidad, la tranquilidad de que puedo darme el lujo de gastar tiempo en mis aficiones, de que en medio del batiburrillo de confusión y malas noticias de cada día, merece la pena emplear algo de tiempo para exponer mis opiniones, normalmente sobre novela, a través del gran escaparte de internet. Sinceramente, estos últimos días estoy perdiendo esa tranquilidad. Parece que, en España, nos dirigimos directos, sino a una guerra civil, al menos a OTRA crisis económica, cuando decir que hemos salido de la anterior es mucho decir. En estas circunstancia ¿a quién pude importarle lo que opino de la última novela de marcianitos que he leído? Parecería que lo único de lo que se puede hablar es del GRAN TEMA omnipresente. A mi mismo, empieza a obsesionarme cuanto más durará mi propio puesto de trabajo, aunque en este terreno sea mi propio peor enemigo. En este ambiente, este blog más que un medio de expresión, o una diversión, está empezando a convertirse

“Cena en el palacio de la discordia” de Tim Powers

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Ignoro si está en los planes de Gigamesh reeditar esta novela, pero he tenido la fortuna de encontrarla en mi biblioteca. Antes que nada, un minuto de silencio. Una nota a pie de página en la bibliografía indica que su información ha sido proporcionada por Juan Carlos Planells. Hacia seis años que nada me recordaba su nombre. El mundo puede ser un lugar muy perro y el tiempo no espera a nadie. En fin... Imagino que “Cena en el palacio de la discordia” debe ser considerada una obra menor de Tim Powers. Como mínimo, su extensión es bastante reducida y es una obra atípica. Para empezar, tiene un único protagonista, la trama es lineal y no transcurre en ningún momento de la historia, ni siquiera en el presente, sino en un futuro post nuclear. Además, no busca su inspiración en el pasado, en el folclore o en la ciencia. Eso elimina algo del placer intelectual que suponen las obras de Tim Powers: no hay encaje de bolillos para insertar las peripecias de los protagonistas en medio de ac

“Ese mundo desaparecido” de Dennis Lehane

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Años después del trágico final de “Vivir de noche” Joe Coughlin acude a su cita con el destino en “Ese mundo desaparecido”. Mafioso retirado que ya ejerce sólo de consigliere, padre afectuoso y entregado, su vida empieza a volverse patas arriba cuando empieza a tener visiones de un niño fantasmal, que podría ser tanto el espíritu del hijo que esperaba su mujer cuando fue asesinada como él mismo, durante su infancia. Poco después, recibe el soplo de que alguien pretende matarlo. A la vez que avanza en las indagaciones de su propio asesinato, la paz que reinaba entre las diferentes bandas de Tampa se quebrará y sus calles volverán a teñirse de sangre. El final de "Vivir de noche" parece el de un cuento de hadas, comparado con el de este libro. Las virtudes que encontré en “Vivir de noche” siguen presentes en “Ese mundo desaparecido”, aunque quizá su calidad esté haya disminuido un punto. Bajo la aparente sencillez de la escritura de Dennis Lehane se esconde un gran constru