"Rouletabille en el palacio del zar" de Gaston Leroux
Al final de “El perfume de la dama de negro” la presencia de Rouletabille era requerida, nada mas y nada menos, que por el zar de todas las rusias. No era este requerimiento, si no una amenaza de muerte de los revolucionarios nihilistas lo que le decidía a emprender viaje. Su misión consiste en proteger al general Trebasof de los atentados que está sufriendo, que no parecen posibles sin la colaboración de algún miembro de su círculo más interno. Las sospechas se centran en su propia hija, Natasha. Una vez más el reportero adolescente se enfrenta un enigma que aparenta irresoluble: encontrar el camino que siguen el veneno y los explosivos para entrar a su vivienda. Y, una vez más, tenemos planos y croquis de las distintas plantas, aunque esta vez las referencias a ellos son más contenidas y menos frecuentes. Incluso Gaston Leroux se saca un par de conejos del sombrero, un agujero en una puerta que sirve para descorrer un pasador del que el narrador olvida informar previamente, que traic...