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Existence (2) Dramatis Personae

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  Ya he sobrepasado el ecuador de la novela, así que puedo dar unas primeras impresiones. Al igual que “Tierra”, “Extinción” transcurre en un futuro más o menos cercano, podríamos llamarlo “presente exacerbado”. Ha habido algunos grandes desastres, naturales o no, hubo una plaga de nacimientos de autistas, el uso de la realidad aumentada y la inteligencia artificial está generalizado (todo el mundo usa esas lentes de contacto que seguro que serían tan incómodas en la vida real), el acceso a la información es casi instantáneo, nuevas maravillas tecnológicas surgen a cada momento, lo que ha llegado incluso a la creación de un movimiento anti-progreso tecnoloico y anti-investiación científica y bueno…, vivimos en la edad dorada del amateurismo. Puedes lanzar cualquier consulta técnica en el equivalente a Internet, por ejemplo, sobre el funcionamiento de los zepelines y en el acto se formará un grupo de frikis de los zepelines dispuesto a asesorarte. Llega a decir que ese amateurismo ha sa

Existence (1) Las delicias de la versión original

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Ya hace tiempo que no escribo en este sitio. Cada vez me resulta más difícil encontrar un momento para ponerme a juntar letras. Además, cada vez, leo más despacio, lo que se traduce en menos obras que reseñar. Siempre he seguido la filosofía de comentar mis lecturas, sean cuales fueran. Si lo siguiera haciendo, tendría que explayarme sobre la tóxica relación que estoy desarrollando con la obra de Joseph Conrad, que promete dejar en pañales mi amor-odio hacia Stanislaw Lem. Pero, como la mayoría de mis seguidores lo que esperan es que hable de ciencia ficción (los cuatro, mi madre no cuenta, sólo está apuntada para hacer bulto y, a decir verdad, ni sabe que es mi seguidora), en lugar de ello voy a empezar un diario de lecturas de la novela que estoy leyendo, “Existence” de David Brin. Son casi ochocientas páginas y en inglés, así que la probabilidad de que yo fallezca sin haber terminado de leerla, no es desdeñable. O de que pierda la vista y tenga que abandonar este blog. Leo, fundame

"El collar del hombre errante" de H. Rider Haggard

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Este libro llegó a mí de improviso, avistado por sorpresa en las estanterías de la Fnac en la sección de novela histórica. Aficionado como soy a las novelas de aventuras clásicas o Pulp, para mí siempre es agradable saber de la creación de una nueva editorial, con el propósito aparente de recuperar estos clásicos populares. Normalmente su llegada suele venir precedida por posts en algún blog de internet, o, al menos, de una entrada en el catálogo de novedades de cyberdark.net . No ha sido el caso. Internet, tan locuaz otras veces, ha guardado un tupido silencio sobre Albo&Zarco. Pues, para tratarse de un hallazgo surgido de la nada, la calidad de la edición es indiscutible. Buen papel, buena tipografía, buena encuadernación, una atractiva portada y una traducción impecable, salvo por el vicio de traducir “memories” como “memorias” en lugar de “recuerdos”, pero, en fin, eso empieza a parecer una batalla perdida. La publicación de este libro supone también la recuperación de la obra

"Las estrellas son la Estigia" de Theodore Sturgeon

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Esto no va ser una reseña en condiciones, porque no sé como valorar esta antología. Algunos años antes de que empezara con este blog, me obsesioné brevemente con Theodore Sturgeon, a raíz de la lectura de la antología “La fuente del unicornio”, que, siendo sinceros, sólo adquirí porque la estaban saldando. Con rapidez, me hice con las antologías “Caviar” y “El regreso” y con la novela “Más que humano”. Ahí quedó todo, sabía de la existencia de “Las estrellas son la Estigia”, pero, en aquel momento, resultaba imposible de encontrar, incluso en tiendas de segunda mano. Además, “Caviar” me encantó, pero “El regreso” me pareció más flojilla, apenas recuerdo un par de relatos y “Más que humano”, aunque partía de una premisa muy atractiva, me resultó bastante decepcionante como novela, o incluso como antología de novelas cortas. De todos modos, Sturgeon es más recordado por sus relatos que por sus novelas, que, como curiosidad, incluyen varias novelizaciones de películas del oeste. Existe un

"Bocadáver y otras autobiografias" de John Langan

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  En esta antología, el autor de “El pescador” reúne una serie de cuentos que, poco o mucho, están relacionados con su propia vida. Por ejemplo, la relación de los narradores con su padre, casi siempre difícil aunque nunca reñida con el afecto mutuo, vertebra muchos de los relatos, igual que el duelo, los recuerdos de la infancia (con una curiosa afición por los juguetes de monstruos o robots gigantes), las fiestas de Halloween, los amores adolescentes, los conciertos, las vacaciones de verano, Laird Barron… Los escritores de terror de EE UU parecen una comunidad muy unida y en las notas en las que John Langan explica la inspiración de sus cuentos, el nombre de Laird Barron aparece frecuentemente, hasta el punto de que uno de los más largos, “Ancla” está inspirado en su amistad y convivencia. No tiene mayor importancia, pero se me ha hecho curioso, por la coincidencia de que el anterior libro de “llamémoslo terror” que leí, era de Laird Barron. En muchos de los cuentos aparecen refere

"Rifters 3: Behemot" de Peter Watts

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Tercera y final entrega de la saga de los rifters. Está estructurada en dos partes. En la primera, regresamos a las profundidades marinas, aunque esta vez sea en el atlántico, para asistir a las fricciones entre los corporativos exiliados y los rifters. En la segunda Lennie Clarke y Ken Lubin regresan a tierra firme y exploran en lo que se ha convertido el mundo, devastado por el Behemot. Desde las primeras páginas, sabemos que el villano de esta entrega es, en realidad, Achilles Desjardins, el agente de alto rango que, aparentemente, mantiene unida lo que queda de norte américa con sus manos desnudas, pero al que los acontecimientos del volumen anterior privaron de conciencia y de cualquier tipo de escrúpulo moral, al igual que a Ken Lubin. Contrastando con este par de simpaticones, Lennie Clarke carga en su conciencia con el peso de todas las muertes provocadas por su vendetta y se muestra mucho más humana y compasiva. En lo meramente literario, esta novela tiene varios problemas.

"Las costas del azar y otras aventuras históricas" de H. Bedford-Jones

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“Los libros de Barsoon” continúan en su empeño por recuperar autores que en su día gozaron de gran popularidad, pero hoy han caído en el olvido. La contraportada se refiere a Bedford-Jones como “heredero indiscutible de Alejandro Dumas y Rafael Sabatini en la era de los pulps”. Los relatos históricos aquí contenidos son, en su mayoría, aventuras relacionadas con el mar, retratando un momento, real o ficticio, que resultó crucial para la Historia, que pudo haber sido trastocada por una decisión distinta de sus protagonistas, habitualmente guerreros honorables que abandonan sus empresas por una mujer … o que por una mujer persisten en ellas. En ese sentido, me recuerdan las películas de capa y espada de serie B del Holywood de los años cincuenta. (Por algún misterio sólo al alcance de iniciados franc-masónicos, estos héroes siempre acaban recibiendo una herida en el muslo, no me pregunten porqué.) Son relatos que atrapan con facilidad, directos y entretenidos, pero también plagados de