“Tiempo de sembrar piedras”. De Tim Powers




La publicación de un libro de Tim Powers siempre es una grata noticia, máxime cuando se trata del heraldo de nuevas obras del autor, que andaba un tiempo desaparecido en las estanterías de las librerías. Tim Powers es un autor que da gusto leer, su habilidad narrativa es endiablada, así como su imaginación. En este caso nos encontramos ante una antología de relatos, cosa sin precedentes hasta ahora en la historia de la publicación de Powers en España.

O tal vez si. El volumen se compone de 6 narraciones, cuatro de las cuales ya fueron compiladas en el volumen “El reparador de biblias”, que la editorial Gigamesh regaló con sus compras del día del libro, en algún año. A ello añádase que este libro apenas llega a las doscientas páginas y que cada cual tome las decisiones que le correspondan sobre si adquirido o no.

Ya me he referido alguna vez a mis dificultades para reseñar antologías. Intentaré hacer una excepción, pero me temo que voy a ser muy breve y decir lo menos posible de cada relato.

“Dondequiera que se oculten” una historia interesante. Sus únicas pegas: algunos momentos pueden ser difíciles de visualizar para la mente del lector y la explicación final de todo es un tanto rebuscada. Se parece mas a lo que uno esperaría de Philip K. Dick que de Tim Powers, pero es un buen cuento, que es lo que cuenta.

“Un alma embotellada” triste y pesimista relato sobre fantasmas y viajes en el tiempo, que deja muy malparada la naturaleza humana.

“El camino de bajada” casi una historia de terror, contar algo de ella la estropearía. Algunos detalles demasiado pulp para mi gusto y un desenlace que parece exigir mucho de las buenas intenciones de ciertas criaturas deslucen lo que, por otra parte, no deja de ser un trabajo brillante.

“El reparador de biblias” exposición contra narración. Uno de los puntales de Powers es su habilidad para encontrarle aplicaciones a la magia y la descripción que hace de esa magia, como algo que obedece a leyes propias, tan inmutables a su modo como las de la física. Es un maestro en conseguir hacer creíble lo increíble. En este cuento hay un auténtico catálogo de usos y orígenes de lo sobrenatural, decididamente brillante, pero hay muy poca narración. Aunque consigue apretar decentemente las tuercas sentimentales al lector, en el fondo, la peripecia del protagonista no es más que una excusa para pasearnos por su brillante escaparate de imaginación. Y se nota.

“Salvación y destrucción” el reverso luminoso de “Un alma embotellada”. Las dos narraciones comparten algunas características, las profesiones de sus protagonistas, una historia de amor que transciende el tiempo y los viajes temporales. Sin embargo “Salvación y destrucción” es una de esas historias que hemos visto mil veces en el cine o en televisión, en la que los héroes salvan el mundo de una terrible amenaza saltando continuamente por la línea temporal, el protagonista vive los hechos en una secuencia distinta que el resto del mundo y hasta el último momento no terminan de encajar todas las piezas. Powers resuelve este tour de force tan habitual con un gran sentido del ritmo. Es una historia emocionante, en la que destaca la naturaleza de la amenaza a conjurar, que es puro Powers, y el final, sorprendentemente amargo y lleno de pérdida para sus protagonistas. Las últimas líneas me han parecido de lo más conmovedor que he leído en mucho tiempo. En realidad es una novela corta, y, entre este relato y el siguiente, se llevan la mitad de la extensión de la antología.

“Tiempo de sembrar piedras” si de “Dondequiera que se oculten” dije que casi parecía una historia de Dick, “Tiempo de sembrar piedras” en Tim Powers al ciento por ciento. Todas las características que los aficionados a su obra aman se encuentran aquí. Lo único que la diferencia de alguna de sus novelas publicadas es su corta extensión, mitigada por el hecho de que se la puede considerar una especie de aperitivo a su próxima novela “Ocúltame entre las tumbas”, de próxima reseña en este blog.

Todos los cuentos del volumen son muy entretenidos, confirmando a Tim Powers como un narrador nato (otro mas) para aquellos que no lo supieran. He disfrutado mucho su lectura, máxime debido al tiempo que llevaba alejado de su obra, sin embargo me ha dejado la opinión, totalmente subjetiva de que falta algo. Quizá algún relato realmente excepcional, o simplemente, mas relatos, puesto que cómo ya he dicho es un libro corto, pero en fin, es una opinión totalmente subjetiva.

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