Adrian Tchaikovsky "Dia de la ascensión"
Llevo mucho tiempo alejado de ellas, pero, durante un tiempo, las novelas de Warhammer 40K de Dan Abnett, fundamentalmente las de los fantasmas de Gaunt, fueron mi vicio secreto. 2025 en España ha sido el año de Adrian Tchaikovsky, nunca se habían publicado tantas obras de este prolífico autor, que me encantó en “Herederos del tiempo”. La publicación de de “Día de la ascensión” pareció una buena oportunidad para recaer en mis debilidades, la novela no sólo tenía detrás un nombre con cierto prestigio, si no que además exploraba los cultos genestealers y los planetas forja, personajes y escenarios que no eran muy tratados en las novelas que yo leía, en la que siempre se lidiaba con las fuerzas del caos, dejando de lado villanos que tenían un aspecto mucho más sugerente.
Concluida su breve lectura mi conclusión es más bien descorazonadora. No estaba en mi mejor momento como lector, maldita sea, sigo sin estarlo y puede que esté en mi peor momento como reseñador, pero nunca me había costado tanto leer una novela tan corta. Su lectura me ha resultado un antiguo calvario, en el que no encontraba un párrafo que captara mi interés. Me resulta difícil especificar que es lo que falla, sin ser lapidario y descolgarme con un “todo”. Hay van algunas cosas:
La ambientación carece por completo de atractivo. Quizá Tchaikovsky considere que los lectores ya tendrán una completa colección de figuritas y no necesitan que se les explique que aspecto tiene nada. Los escenarios, las maquinas y los cyborgs son descritos someramente, sin que consiga hacerlos no ya fascinantes, ni interesantes, si no al menos visualizables.
Las escenas de acción carecen de épica y emoción. Mira que las escenas de acción de Abnett se me hacían muy largas y que, si por lo que fuera, tenía que interrumpir un capítulo que transcurría durante una batalla luego no me enteraba de nada, pero aquí es peor. Simplemente, no tienen emoción, resultan indiferentes.
Por último, los personajes. Tchaikovsky se esfuerza mucho por dotarlos de motivaciones plausibles y convincentes. Tenemos, por un lado, un biólogo constantemente menospreciado y humillado por sus superiores que descubre en las profundidades del mundo fábrica en que vive una comunidad cuyos lejanos ancestros fueron infectados con genes alienígenas y decide utilizar sus genes para mejorar las prestaciones de los cyborgs guerreros que fabrican y a la propia comunidad como parte de un ataque de falsa bandera que le permita apoderarse del poder. Por otro, a una especie de agente de inteligencia del culto, infiltrada entre los sirvientes de los tecnosacerdotes, que se ve forjada a colaborar con el biólogo, a la vez que intenta proteger su comunidad. Aunque los dos son en el fondo unos fanáticos despiadados, también tienen motivaciones lógicas, son los héroes de su propia historia y apuestan por el bien común. Suena interesante, en teoría. La realidad es que nada de lo que hagan consigue interesarme lo más mínimo, no digamos ya lo que piensen. Tchaikovsky describe sus procesos mentales de un modo demasiado evidente, carece de sutileza. Explica en lugar de transmitir. No consigue que empatices con ninguno de los dos. Quizá se pueda decir que hizo un buen trabajo de diseño de personajes, pero hace un trabajo pésimo de desarrollo.
En resumen, maldito renglón tras maldito renglón, mi único pensamiento era ¿Por qué demonios estoy leyendo esto?
Adrian Tchaikovsky es un autor muy querido y admirado entre los blogueros y reseñadores que quedan por Internet, pero no me veo volviendo a leer nada suyo.

¿Alguien podría chivarme que tal está la saga de los arquitectos?
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