“Cristales de fuego” de José Antonio Suárez
El lector que aborde esta novela
encontrará un universo complejo, nada menos que cuatro especies alienígenas, más
humanos, en el poder y un argumento tan complejo como dicho universo, que
incluye una crisis política y militar intergaláctica, conspiraciones dentro de
conspiraciones, mucho politiqueo, elucubraciones sobre el origen de la vida, el
funcionamientos interno del universo, cantidades ingentes de sátira y unos
personajes protagonistas muy alejados de los estereotipos del space-opera.
Todo ello narrado con un ritmo
endiablado, que puede llegar incluso a cansar al lector y comprimido en apenas
200 páginas.
Es decir nada con lo que no esté ya
familiarizado el lector habitual de José Antonio Suárez.
Las pegas son las habituales, el
autor toca muchos palos, una multitud de ellos y la narración apresurada impide
desarrollarlos todos adecuadamente. Prima la cantidad sobre la calidad. Por
ejemplo, a pesar del esfuerzo que hace por no caer en lugares comunes y ceder
el protagonismo a pobres diablos, en vez de a héroes apolíneos, los personajes
no dejan de ser meros esbozos. El modo de hablar de todos ellos es prácticamente
el mismo y coincide con el del narrador. Las teorías cosmogónicas, apenas se
insinúan. Abundan las escenas de acción, hay muchas batallas espaciales, por
ejemplo, pero son penosas. Pienso en concreto en una persecución que debería
ser trepidante, pero está narrada tan escuetamente que no consigue captar la
atención del lector.
El fuerte narrativo del autor es su
sentido del ritmo. El lector se ve arrastrado por una catarata interminable de
sorpresas y giros imprevistos, que le hacen preguntarse eternamente que será lo
que sucederá a continuación, y pasmarse ante la siguiente revelación. Así una y
otra vez. Contra todo pronóstico, José Antonio Suárez consigue cerrar
correctamente todas las tramas y darle un final satisfactorio al libro.
Como decía, nada nuevo para el
lector habitual de la obra del autor. El aspecto más destacable de esta novela es
el narrado elegido: un escritor de novelas históricas, que alcanzó el éxito
como escritor de franquicia, escribiendo novelas de elfos galácticos. Novelas
que odiaba, lo que le hacia tratar con malhumor y borderia a sus fans. Uno de
ellos, después de que muriera, se las apañó para transferir su personalidad
almacenada electrónicamente al cuerpo de un tapir, reconstruido por ingeniería
genética, capaz de hablar y cuyo cerebro es utilizado como refuerzo por el
ordenador de la nave de los protagonistas.
Cuesta explicarlo ¿eh?
Resumiendo, el narrador es un tapir deslenguado, fumador, bebedor y eternamente
hambriento. Este personaje memorable da mucho juego, permitiendo introducir más
humor del habitual en las obras de José Antonio Suárez. Pero no demasiado. No
puedo dejar de pensar que está un poco desaprovechado y que la mayor parte del
tiempo solo es el típico narrador omnisciente, aunque un poco más cínico.
En resumen, una obra típica de
José Antonio Suárez, mejor que la media del autor. Diría que es de las mejores que
ha escrito, aunque, dada la uniformidad de su obra, tampoco se lleva mucho con
las peores.
Creo que ya lo he dicho, pero no
sé que voy a escribir la próxima vez que me lea una novela de José Antonio Suárez.
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