Esta tampoco es la reseña de “La espada del demonio” de Richard A. Lupoff

 


Al empezar la postergada tarea de escribir la reseña de “La espada del demonio” de Richard A. Lupoff, me di cuenta de que se sabe muy poco de Richard A. Lupoff en España. No es que yo sea un experto en este autor y, desde luego, no soy un gran fan suyo, pero algo sé.

Richard A. Lupoff puede que sea el escritor de género fantástico con peor suerte de la historia del género.

Richard A. Lupoff escribió una historia titulada “12:01 P.M”. Como se apresura a decir el apartado bibliográfico de “La espada del demonio” dicha historia fue adaptada a un corto nominado a los Oscar en 1990. No lo he visto, pero si he visto una película para televisión que también lo adaptaba (salía Martín Landau). Es un telefilme, no particularmente brillante pero entretenido, que, hoy día, resulta muy poco original. Cuenta la historia de un joven atrapado en un bucle temporal, que revive una y otra vez el mismo día. Según informa la wikipedia, ante el estreno de la película sobre el día de la marmota, el director del corto y Richard A. Lupoff intentaron demandar a Columbia Pictures por plagio, pero tiraron la toalla después de 6 meses de reuniones improductiva con abogados.

Este tipo de historias tan canónicas es difícil saber donde empezaron. En mi opinión, antes o después alguien habría acabado escribiendo una historia parecida. Toda persona que trabaje en una oficina ha tenido alguna vez la sensación de protagonizarla y el auge de los videojuegos, en los que cada vez que el personaje del jugador muere vuelve al punto de partida, hacía inevitable que a alguien se le acabara ocurriendo. Seguro que los estudiosos de la ciencia ficción son capaces de sacar precedentes y precedentes de historias similares, pero si se planteó la demanda, está claro que Richard A. Lupoff se consideraba el padre del concepto. ¿Os podéis imaginar lo que sentiría cuando la película, por la que no obtuvo beneficio económico ni reconocimiento alguno se acababa convirtiendo en una obra de culto? ¿El rechinar de dientes que debieron de producirle las sucesivas imitaciones, “Al filo del mañana”, “Código fuente”, “Muere otra vez” y quien sabe cuantas películas de serie B?

A peor, como aficionado al fantástico, seguro que veía series de este tipo. ¿Cómo se sentiría cuando esta idea, que el pensaba haber parido, se iba repitiendo progresivamente en cada serie de temática fantástica que alguna vez tuvo un episodio auto-conclusivo, hasta convertirse en una cita ineludible en cada show televisivo? Y no hablo sólo de “Stargate – SG1”, “Star trek: the next generation & Discovery” o “Dark Matter” que podría tener sentido, sino en series en las que el argumento resultaba más peregrino, como “Expediente X”, “Buffy la cazavampiros” o “Xena, la princesa guerrera”.

Y todo ello sin que Richard A. Lupoff recibiera un sólo centavo.

Concluyamos Richard A. Lupoff fue el escritor más desgraciado de la historia de la ciencia ficción.


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