"Esta noche arderá el cielo" de Emilio Bueso


Se trata de la historia de Mac y Perla, una pareja de antiguos moteros franco-canadienses, que, durante su adolescencia, se recorrieron América de arriba abajo, para luego distanciarse. Después del divorcio de Perla, se reúnen para recorrer la trans-taiga, un camino salvaje, sin pavimentar, al norte de Quebec, de 666 kilómetros, que termina en un embalse que constituye el punto al que se puede llegar por carretera, más al norte y más remoto del continente. Un paraje de esos que se empeñan en demostrar que la realidad es más increíble que cualquier ficción. Mac espera que el viaje le brinde la oportunidad de retomar la relación que mantuvieron durante la adolescencia. Al igual que, en la misma carretera, un padre intenta reforzar la conexión con su hijo, mediante su mutua afición a la astronomía. Pero esa noche, en medio de una tormenta solar que llena el cielo de auroras boreales, ambas parejas se verán involucradas en una operación de contrabando dirigida por unos indios cree, cuando sean testigos del siniestro de una avioneta.

Si la historia de Mac y Perla ya habría sido suficiente para despertar mi interés, Emilio Bueso le añade la amenaza de un elemento fantástico, incluso podríamos decir que de ciencia ficción, que no encuentro particularmente interesante, pero que tampoco resta atractivo. La ambientación es excelente, las peripecias son entretenidas, aunque nada del otro mundo, los personajes son alternativamente secuestrados y liberados, mientras se persiguen unos a otros. Hasta el final, ninguno de ellos toma grandes iniciativas, ni tiene ideas sorprendentes y, como es obligatorio desde hace unos años, las cosas impactantes o significativas se guardan siempre para el final de cada capítulo, lo que tiene el efecto de dejarte la sensación permanente de que algo terrible está a punto de ocurrir, pero que no ocurre nada… hasta el final del libro.

En lo que si destaca y de largo es en los personajes, Perla está algo más desdibujada y no me convencen mucho sus revelaciones finales, pero Mac … Mac es un pedazo de personaje. Agobiado por todo tipo de taras, empezando por la pigmentación de su piel y terminando por sus problemas mentales: a la vez agorafóbico y claustrofóbico, con pánico a las multitudes, adicto a los tranquilizantes incapaz de mantener vínculos estables… Los problemas de Mac le han convertido en un perdedor, pero un perdedor con unos arrestos tremendos, capaz de hacer las cosas más difíciles por los motivos equivocados. Mac sólo se siente en paz cuando está conduciendo una moto. Es un personaje que se puede admirar, compadecer y despreciar. Lo dicho, un pedazo de personaje.

El otro gran personaje de la novela es el propio Emilio Bueso. Este ha sido mi primer encontronazo con su prosa. Ahora mismo, ya no se que busco cuando elijo leer a un autor que desconozco. Hace un buen montón de años, lo que buscaba era una voz propia, con personalidad, cuyo estilo se me hiciera inconfundible, para devorar todo lo que surgiera de esa misma pluma. Pues bien, si me lo hubiera encontrado por entonces, ya habría devorado toda su obra, incluidas recopilaciones de sus listas de la compra. Pocas veces he encontrado un estilo tan personal e intransferible, con esa mezcla entre lo jocoso y lo iracundo, lo irónico y lo trágico, a veces tan coloquial, que parece que esté tomando el pelo al lector. La frase con la que comienza el libro:

«El mundo en un puño y, en el puño, el acelerador»

Es de enmarcar y no hay reseñador que se resista a citarla. Claro, yo tampoco he podido ser menos.

Emilio Bueso tiene tanta personalidad y tanto estilo, que cuando sale a pasear debe dejar el suelo plagado de huellas estilosas e inconfundibles.

Eso sí, no acabo de estar seguro de si dicho estilo es el más adecuado para una historia de terror.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

“El fin de la muerte” de Cixin Liu

“El despertar del leviatán” de James S. A. Corey

“El problema de los tres cuerpos” de Liu Cixin