“El libro de los piratas” de Howard Pyle


Este agradable libro se compone de un ensayo en el que se cuenta a grandes rasgos la historia de la piratería, seguido de un conjunto de relatos sobre piratas. Piratas del Caribe, si.



Por lo que sé (me he visto tres o cuatro documentales) el ensayo es fundamentalmente correcto y muestra menos prejuicios de los que muestran los documentales. Los cuentos son un pequeño batiburrillo, unos son pequeñas novelas y otros son la crónica de algún lance naval, real o imaginario, aderezados con múltiples búsquedas de tesoros. En uno de ellos, por ejemplo, se narra una versión bastante descafeinada del enfrentamiento entre Barbanegra y Robert Maynard.

 Antes que éste, los únicos textos que conocía de Howard Pyle eran sus libros sobre Robin Hood y los caballeros del rey Arturo, publicados en la inolvidable colección “Tus libros”. Como escritor, Howard Pyle es mediocre, aunque su estilo arcaico no carece de encanto. ¿Cuántos años han pasado, querido lector, desde la última vez que leíste que el narrador se refiera al protagonista, repetidamente, como “nuestro héroe”? Pyle exhibe ese tipo de ticks que me retrotraen a mi infancia. Pertenece a una época en la que incluso los escritores más mediocres eran gente de gran cultura, que se habían criado leyendo los clásicos, no con películas y series de televisión, medio contra los que no tengo nada, vive Dios, pero esa educación les daba, al menos, un uso más que competente del lenguaje.




Además, aunque pequeño su talento existe. Hace un buen uso de imágenes que no por tópicas resultan menos efectivas, como el entierro de un tesoro en una noche de luna llena o el ataque que sufre un barco en una noche, por el contrario, oscura como boca de lobo, creando algún que otro pasaje memorable.



 

Pero no es por el dominio del verbo de Pyle por lo que “El libro de los piratas” resulta memorable. Pyle, además de escritor, era ilustrador y sus libros estaban profusamente ilustrados, constituyendo una amalgama de imagen y texto. Las entrañables ediciones de “Tus libros” hubieron de renunciar a la mayoría de las ilustraciones, pero Valdemar ha hecho un gran trabajo reuniéndolas e incluyéndolas. He oído decir que fue en realidad Howard Pyle quien creó el mito de Robin Hood tal como lo conocemos (mallas, carcaj de cazador, una pluma en el sombrero…) pero nadie discute que Howard Pyle fue quien creó el “uniforme” de los piratas, que fueron sus ilustraciones las que forjaron la imagen de los piratas que ha quedado grabada en la imaginación popular. Dichas ilustraciones son excelentes y son el mayor atractivo del libro. Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras. Este libro es la demostración práctica.









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