”La dama del bosque” de Abraham Merritt


 
Conocí a Abraham Merritt cuando alquilé en la biblioteca “Arde bruja, arde” y “Arrástrate sombra, arrástrate”. No diré que fue amor a primera lectura, pero si hubo simpatía al primer vistazo. Se trata de un autor fundacional de la literatura pulp, precursor de la obra de Howard y Lovecraft, en el que dejó una gran huella. Sus narraciones oscilan entre las historias de terror y las aventuras en mundos perdidos. Sus narraciones suelen ser imaginativas y tener un buen ritmo y su estilo, bueno... se esfuerza mucho.

Con eso no quiero decir que sea exactamente malo, sólo que comete los excesos típicos de los autores que se esfuerzan demasiado por escribir bien. Las descripciones de paisajes y arquitecturas son siempre un poco demasiado largas y siempre se esfuerza demasiado por tratar de que sean bonitas y poéticas. A veces lo consigue, a veces quedan ñoñas. Demasiado a menudo, se hacen farragosas.

Este libro contiene 3 relatos suyos, “La dama del bosque”, “Tres líneas de francés antiguo” y “Los habitantes del pozo”. Varios comentarios dispersos me han dado a entender que se trata de sus tres mejores relatos. Su calidad es alta, pero no carecen de defectos.

“La dama del bosque” considerada por el autor como su mejor historia, cuenta como un veterano de la primera guerra mundial empieza a personalizar los árboles del bosque en el que ha encontrado la paz, hasta que llega a visualizarlos como personas. De una belleza indudable, es el relato del volumen que más se resiente de los defectos que expresé anteriormente. La imagen que dan los árboles cuando parecen convertirse en una corte de cuento de hadas, es de una cursilería fatal y la prosa resulta algo amanerada.

En “Tres líneas de francés antiguo” unos eruditos discuten sobre los terribles efectos de la gran guerra y uno de ellos narra una anécdota que podría ser el resultad de una sugestión o una historia de fantasmas.

El contenido de los dos relatos es inquietante. En uno se equiparan las vidas de los seres humanos y los árboles. Qué digo equiparar, las vidas de los árboles se ponderan por encima de las de determinados seres humanos. Para que luego hablen de ecoterrorismo… El otro se puede considerar una apología del suicidio, como vehículo a la felicidad eterna. En fin, los relatos de terror se supone que tienen que ser inquietantes.

De “Los habitantes del pozo” sólo diré que es un relato típico de H.P. Lovecraft, escrito mucho antes de que H.P. Lovecraft iniciara su carrera. Nadie parte desde cero, si no que todos nos alzamos sobre los hombros de los que nos precedieron, por olvidados que estén actualmente. Su influencia se palpa incluso en algunos excesos que ahora resultan tan entrañables como cómicos:

Me recuerda la mano de nubes heladas que Shan Nadour colocó frente a la Puerta de los Ogros para mantenerlos en las madrigueras que les había excavado Eblis

Ese sonido quebradizo que parece hecho por los fantasmas de los vientos que soplaron durante la Creación mientras corren por entre las hojas que cobijaron a Lilith

el pozo ¡era aterrador! Aterrador como el golfo de Ranalak de los maoríes que se alza entre los vivos y los muertos

¿A que seguir? La edición es bastante buena, buen papel, buena letra, traducción impecable. El único pego que le veo es que los reducidos 9,45 euros que cuesta son un precio muy ajustado para su extensión. Al parecer Abraham Merritt no escribió mucho. Es probable que la mayor parte de su obra ya haya sido editada por “La biblioteca del laberinto” y “Los libros de Barsoom”. “La dama del bosque” es el libro adecuado para aquellos que tengan curiosidad por el autor, pero no estén seguros de si de verdad les va a gustar y quieran picotear algunas piezas breves para hacerse una idea de sus virtudes, en lugar de abordar obras más extensas y ambiciosas.

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