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Mostrando entradas de septiembre, 2017

“Yabarí” de Lola Robles

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Historia de la investigación que lleva a cabo una periodista sobre el maltrato a los nativos del planeta Yabarí por parte de las empresas explotadoras que están deforestando su jungla, “Yabarí” es una novela que me ha dejado indiferente. Terminada la lectura, aún me pregunto que pretendía exactamente su autora. Hay una crítica evidente a la explotación a la que son sometidas las poblaciones aborígenes, sobre todo cuando tienen la desgracia de vivir en una zona rica en materias primas y al agotamiento de los recursos naturales. Aunque acertada o no es demasiado profunda o Lola Robles no ha sabido vendérmela. No me provoca indignación, no sacude mis creencias. No me hace pensar. Por otra parte, dicha crítica viene envuelta en una especie de aventura selvática, no demasiado interesante. La ambientación no es destacable. Los personajes no despiertan interés ni empatía, lo que les ocurre, con ser terrible, lo he visto o leído mil veces. La autora no consigue transmitirme su miedo y

“Las aventuras de un cadáver” de Robert Louis Stevenson

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Curiosidad cómica, enredo, vodevil, todos ellos son apelativos que podrían darse a esta novelita. Tras un accidente de ferrocarril, las condiciones de una herencia y una confusión de identidades hacen que una pareja de hermanos intenten deshacerse de un cadáver que ha quedado irreconocible, empezando un juego de casualidades y coincidencias en el que el cuerpo va pasando de casa en casa, a la vez que sus dueños se apresuran a intentar librarse de él, sin plantearse siquiera llamar a la policía.   Todo en esta novela es exagerado. Los personajes son cómicos y en ocasiones su comportamiento no tiene mucho sentido, el recurso a las coincidencias, no es que sea inverosímil, es que es absolutamente increíble y el narrador se permite alguna pirulas léxico-sintácticas de aúpa. Y sin embargo, funciona. El lector se divierte con los apuros de los personajes y con sus rarezas y acaba cogiéndolos cariño. Una vez concluida la presentación de los mismos y entrados en faena es muy difícil so

¡COMO ODIO PINTAR LA CASA! (2)

Pero lo que mas odio, es volver a colocar las estanterías y colocar en ellas los libros. Y colocar los libros que van encima de los libros. Y los libros que van encima del armario. Y los que van en el hueco entre el armario y la pared ...

¡COMO ODIO PINTAR LA CASA!

Si, sé que esto no tiene nada que ver con la literatura o la ciencia ficción y no creo que le interese a nadie, pero tenía que decirlo.

“El ojo del tiempo (Una odisea en el tiempo 01)” de Arthur C. Clarke y Stephen Baxter

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Nueva colaboración entre Arthur Clarke y Stephen Baxter. En “ El ojo del tiempo ” diferentes personas, en diferentes momentos de la historia, experimentan la “discontinuidad” un parpadeo de confusión, el sol parece bailar y se encuentran en un nuevo planeta Tierra, compuesta por parches del nuestro, procedentes de diferentes periodos del tiempo. Una idea que parece mas propia de Philip José Farmer que de Clarke o Baxter y que no es demasiado original, pero que está bien desarrollada. Los autores demuestran estar tan bien versados en las ciencias físicas como en historia: no sólo hacen un buen trabajo imaginando las posibles consecuencias de la “discontinuidad” sobre el clima y la ecología, sino que también aportan mucha información sobre el funcionamiento de los ejércitos imperiales británicos, macedonios y mongoles, además de los inevitables conflictos culturales, que desembocarán en una épica batalla entre los ejércitos de Alejandro Magno y Gengis Kan. (Batalla épica, sí, pero qu

“El hacedor de estrellas” de Olaf Stapledon.

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Permítanme que me ponga nostálgico. Uno de mis primeros libros de ciencia ficción, es decir, uno de los primeros que me regalaron, fue el número cuatro de la antología “Imperios Galácticos” recopilada por el recientemente fallecido Brian Aldiss. En ella, cada sección en la que el antologista agrupaba los relatos venía precedida por una cita de “El hacedor de estrellas” de Olaf Stapledon. Recuerdo la sensación que me produjo la lectura de aquellos párrafos grandilocuentes y alucinados. Pensaba que aquella novela debía ser un tremendo coñazo. Sin embargo, aquellas pequeñas píldoras de pretenciosidad tenían algo que encendía la imaginación y que despertó mi curiosidad. Por eso ahora, tantos años después, he decidido darle una oportunidad. ¿Que opinión merece ahora la obra completa, ante los ojos de un hombre madura, tan distinto del adolescente que fui? Bueno, en el prólogo de Jorge Luis Borges éste dice: “ Hacia 1930, ya bien cumplidos los cuarenta años. William Olaf Stapledon abordó

“Trilogía del abismo: Los piratas fantasmas” de William Hope Hodgson

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Nos encontramos aquí con una pequeña obra maestra dentro de la temática de los barcos malditos o embrujados. Si ese es el caso. Enigmática como deben ser estas historias, nunca queda claro que es lo que realmente está pasando. La sugerente hipótesis que hace el protagonista es que el mundo encierra varias realidades y, por algún motivo, el buque de la narración es accesible para los seres de una de estas otras realidades que conviven con la nuestra. Pero es solo eso, una hipótesis. La novela cuenta meticulosamente como las noches de la tripulación se convierten en una pesadilla, a medida que esta va perdiendo progresivamente el control de su propio barco. Empezando con misteriosas apariciones, entrevistas por el rabillo del ojo, que suben a bordo desde el fondo del mar, siguiendo por accidentes inexplicables y la pérdida de contacto con el resto del mundo, hasta llegar al gran y terrible final. La narración avanza con un pulso excelente, aumentando progresivamente la tensión, c