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Mostrando entradas de noviembre, 2014

“Los cuentos de Rocavarancolia”. de José Antonio Cotrina

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            No puedo decir que la idea me ilusionara mucho, una recopilación de micro relatos publicados inicialmente vía twitter, pero Cotrina anda convirtiéndose en uno de mis autores favoritos, la ciudad de Rocavarancolia es uno de los entornos mas fascinantes a los que ha viajado mi imaginación estos últimos años y el precio era ajustado (mínimo un euro, recomendado 2, cuando lo adquirí), no sé si decir que barato, porque es un librito muy corto, de apenas cien páginas.             En cualquier caso, fue una buena adquisición. Cotrina expande el final del ciclo de la Luna Roja, que, cómo por desgracia para los protagonistas me temía, no fue tan feliz para los protagonistas que quedaron con vida como parecía. Así, les veremos enfrentarse a nuevas amenazas, aumentar sus filas con nuevos cosechados, ahora voluntarios y enfrentarse a nuevos desafíos.             Rocavarancolia sigue siendo un lugar tan fascinante como recordaba, donde lo maravilloso convive con lo horrib

“¿Quién anda por aquí?”. de Bob Shaw.

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Me acabo de dar cuenta de que me he acabado este libro y no sé a que viene el título, y eso que es una traslación literal del original en ingles “ Who goes here? ”. Es la historia de Warren Peace, un hombre que despierta, podríamos decir que nace, en la oficina de reclutamiento de la Legión del Espacio. Puesto que los reclutas se alistaban en la Legión Extranjera para olvidar, en el lejano futuro ese olvido es literal, mediante borrado de cerebro. Ese borrado, normalmente solo afecta a unos pocos días, o al motivo por el que se alistaron, pero Warren Peace no recuerda nada, es un amnésico total, lo que hace suponer a todo el mundo que ha llevado una monstruosa vida de crimen y depravación.             Bob Shaw nos regala en esta novelita una pieza de ciencia ficción humorística. La contraportada la compara con Fredric Brown y Robert Sheckley, que debían de ser los ejemplos más representativos en el momento de su publicación, pero, sobre todo en su primera parte, recuerda más

“La rubia de ojos negros”. de Benjamín Black.

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La mortalidad es una putada. Si son ustedes personas adultas me comprenden perfectamente. Al ineludible final, a las perdidas inevitables de nuestros seres queridos, los lectores compulsivos tenemos que añadir la de nuestros escritores favoritos. Por eso, los innumerables fans de Philip Marlowe pueden estar de enhorabuena: después de tantos años desde la muerte de Raymond Chandler, llega a las librerías un nuevo caso del desengañado detective, que se diría firmado por la misma mano. Hace algún tiempo, plasmé aquí la opinión conjunta que me había merecido la lectura de todas las historias de Marlowe. Puede suscribir, palabra a palabra, todo lo que escribí en aquella ocasión, para esta novela. La habilidad de Benjamín Black, también conocido como John Banville, nuestro flamante príncipe de Asturias, para resucitar el estilo de Chandler linda con lo nigromántico. No se queda en lo superficial, la trama, sino que es capaz de recrear la prosa de Chandler, su personalísima voz, no

“Edén”. De Stanislaw Lem

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Una nave espacial se estrella en un planeta alienígena. Su tripulación intentará repararla, a la vez que exploran el planeta y tratan de comprenderlo. Hasta aquí bastante típico. Lo primero que llama la atención es que a los personajes no se les conoce por su nombre de pila, sino por el nombre de su especialidad. Así tenemos al coordinador, el físico, el cibernético, el químico, el médico… Esto es un poco más raro, pero Lem también hizo lo mismo en “El invencible”. Sin embargo, es el primer defecto de la novela. Los protagonistas son muy poco carismáticos. Son hombre de ciencia bien entrenados y resueltos, que se consideran a si mismos capaces de afrontar cualquier situación y resolver cualquier enigma. El médico, como no, es el mas humano de todos y el único consciente desde el principio de sus limitaciones, los demás, al contrario, pueden llegar a resultar inhumanos por su dedicación, especialmente el coordinador, el líder, pero tampoco sin exagerar. Esta no es una novela de