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Mostrando entradas de mayo, 2020

“La fiebre del heno” de Stanislaw Lem

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En esta novela Stanislaw Lem propone un interesante enigma. Un grupo de hombres han sufrido incomprensibles ataques de locura. Algunos han muerto. Las muertes podrían o no estar relacionadas. El patrón es difuso, todas las víctimas son hombres de mediana edad, solteros y solitarios, alérgicos a las gramíneas, la mayoría con calva incipiente (en este punto empecé a tener escalofríos y preguntarme si no se trataría de una novela de terror), en buena forma, ricos y frecuentaban los balnearios de aguas termales (aquí pararon mis escalofríos. Además mi calva no tiene nada de incipiente). No se trata de descubrir al asesino, sino de determinar si existe un asesino, si se trata de un fenómeno natural o de una anormalidad estadística. La técnica que emplea el autor para conducir esta peculiar investigación, consiste en empachar al lector con todo tipo de acontecimientos y detalles irrelevantes, de manera que, cuando por fin ocurre algo que no lo es, su efecto quede magnificado. El primer c

“Los rostros del pasado” de Rodolfo Martínez y Felicidad Martínez

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    Yáxtor Brandan ha resultado horriblemente herido en su última misión. Mientras convalece, recuperándose del milagroso modo habitual en él, revive en sus sueños una y otra vez el asesinato de su mujer e hijo. Sus personas más cercanas y otras que no lo son tanto, empiezan a darse cuenta de que ha recuperado sus recuerdos y rememoran, a su vez el pasado del adepto, mientras diferentes facciones empiezan a moverse y se forjan alianzas inesperadas. Continuo con mi empeño suicida de terminar la saga de “El adepto de la reina”. “Los rostros del pasado” es a la vez la tercera y la segunda entrega de la serie, y una colección de relatos relacionados. Lo de la segunda viene porque Rodolfo Martínez anunció que había reescrito la novela para colocarla en el segundo lugar de la saga. Lo de antología porque en el fondo no deja de ser un “fixup” de las novelas cortas “Embrión”, “Amistad”, “Detective” y “Adepta”. No las he leído, pero el propio Rodolfo lo dice en los agradecimientos, a

“Misión de gravedad” de Hal Clement.

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El planeta Mesklin es muy grande y muy denso, tiene casi forma de disco y su rotación es tan rápida que os días duran 18 minutos. Su gravedad oscila entre 3 gravedades en el ecuador y 700 en los polos. Sus habitantes son una especie de orugas con pinzas de cangrejo, pequeñitos, pero inteligentes. A los habitantes de los polos, las altas gravedades les han inculcado un terrible miedo a caerse. No trepan a grandes alturas y desconocen las armas de proyectiles. El propio concepto de arrojar un objeto les resulta extraño. El capitán de un barco mercante y explorador, Barlennan es contratado por unos investigadores terrestres para que recupera una sonda perdida en las regiones del polo. El grueso del libro es el viaje de Barlennan. Es un libro bastante corto. “Misión de gravedad” es un pequeño clásico que cuenta con bastantes devotos entre los aficionados a la ciencia ficción de cierta edad, entre los que ya me cuento. Hal Clement, su autor, fue un pionero de la ciencia ficción “hard”