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Mostrando entradas de noviembre, 2018

"Voces remotas en Albión" de Víctor Conde

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La recepción de una transmisión de origen extraterrestre va camino de convertirse en un tópico del género. Ya se han escrito varias novelas y relatos. Quizá el más famoso sea “Contacto” de Carl Sagan, aunque, para mi gusto, la obra que mejor desarrolla el tema sea “ La voz del amo ” de Stanislaw Lem. Puede parecer extraño, a tenor de mi reseña. No me entiendan mal, me sigue pareciendo un muermo pretencioso, mucho más vacío de lo que la gente cree, pero, aún así, me parece la obra que mejor desarrolla el tema. En “Voces remotas en Albión” Víctor Conde se une a esta tradición. En ella, la transmisión golpea toda la Tierra, abarrotando los discos duros de todos los ordenadores con datos incomprensibles y afligiendo a algunos humanos con una nueva enfermedad, que les hace especialmente sensibles a las ondas electromagnéticas. La novelita sigue los esfuerzos de algunos de los investigadores del fenómeno. La creatividad que atesora esta obra sobrepasa de largo su extensión. Los conce

“La zona” de Juan Miguel Aguilera y Javier Negrete

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  Ya dije en mi reseña de Melanie que le había acabado cogiendo manía a las historias de zombies. Y sin embargo, aquí estoy de nuevo, merced al influjo que tiene sobre mi persona ver el nombre de Javier Negrete en una portada. “La zona” es una novela de zombies. Perdón, de infectados, que es como les llaman ahora. No pretende ser la dignificación del género, si es que éste existe. Ni siquiera una vuelta de tuerca original al mismo. Lo que sus autores han hecho es una aplicación inteligente y profesional de todas sus reglas y lugares comunes. De estos últimos, no falta ni uno sólo, desde el variopinto grupo de personas atrapadas en un entorno cerrado, hasta la llegada de los equipos de limpieza de la malvada multinacional de turno, que está detrás de todo el desaguisado. Hay varios puntos, sin embargo, que elevan su interés muy por encima de la media. Una protagonista traumatizada por sus experiencias en Irak, un ayudante clavadito a un personaje de “ La red de Indra ”, nov

“El libro de los cráneos” de Robert Silverberg

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Durante los años sesenta o comienzos de los setenta, cuatro estudiantes universitarios, compañeros de habitación aprovechan las vacaciones de semana santa para cruzar los estados unidos, en buscar de un monasterio aparecido en un recorte de periódico, que vinculan con un manuscrito medieval, en la que una misteriosa orden monástica ofrece la inmortalidad. El precio de la vida eterna es alto, sus postulantes tienen que presentarse siempre en grupos de cuatro de los cuales, uno debe suicidarse y otro debe ser asesinado por sus compañeros. La novela va alternando el punto de vista de cada uno de los cuatro protagonistas, a través de capítulos, por lo general breves, narrados en primera persona, como si fueran soliloquios en los que recuerdan los acontecimientos del día, con los diálogos reducidos al mínimo por las restricciones de la memoria humana, salvo cuando las necesidades dramáticas exigen una licencia poética. Aunque, evidentemente, no se trata de ciencia ficción, “El libro de

“La puerta de Abadon” de James S. A. Corey

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Tercera entrega de la saga literaria “The Expanse”. Enfriado el entusiasmo que me produjo “El despertar del Leviatan” y superada la moderada decepción que me supuso “La guerra de Caliban”, esta entrega mantiene las constantes de la serie: varias tramas paralelas, unas centrada en personajes nuevos, que no volverán a aparecer en la serie y otras en la tripulación de la Rocinante. Dentro de un cierto esquematismo, los personajes nuevos resultan más carismáticos e interesantes que el reparto habitual, pero, al menos, las paranoias mentales de James Holden, que tanto daño le hicieron a “La guerra de Caliban” casi han desaparecido por completo. Destaco el personaje de Anna, por motivos personales. No sé si lo he dicho alguna vez, no soy creyente y tiendo a mirar por encima del hombro a los que si lo son, pero estoy harto de que las novelas de ciencia ficción siempre presenten a las personas religiosas, si no como fanáticos peligrosos, al menos como ilusos. En este mundo hay mucha gente

Domingo Santos ha muerto.

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He tenido que enterarme de refilón, supongo que son cosas de no estar en facebook ni en ninguna otra red social. Me siento un poco traicionado, porque los blogs y sitios de noticias relacionados con la ciencia ficción por los que transito habitualmente no se hayan hecho eco. Quizá se deba a que sus autores provengan de una generación mas joven que la mía. Sirvan estas líneas como un breve homenaje. Nunca conocí personalmente a Domingo Santos (Pedro Domingo Mutiñó de verdadero nombre). Afortunadamente, ya he tenido bastante muerte en mi vida últimamente. De su obra como escritor, leí “Hacedor de mundos”, “Gabriel” y algún relato suelto. No era de mis autores favoritos, aunque su estilo era eficiente. “Hacedor de mundos” creo que fue la primera novela que leí de un autor español. Me resultó entretenida y curiosa. Creo que Rodolfo Martínez dijo de “Gabriel” que, con esta novela, la ciencia ficción nacional alcanzó la mayoría de edad. No me pareció para tanto, pero en fin, cada uno