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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Y para terminar el año ...

Y por ello, que viva la guerra, señores. La guerra que nos cambia y nos cambiará para siempre. Y que nos salvará de la humanidad. Esa humanidad que no nos da nada excepto el círculo cerrado de la vida, excepto el aburrimiento mortal y la cansina banalidad de lo cotidiano, excepto el dolor de los sueños incumplidos, excepto la desesperación de la consciencia de la propia menudencia y falta de significado. La guerra nos ampara de la humanidad en la que tan sólo nos puede esperar el adulterio de la mujer, la traición de los amigos, el desprecio hostil de los gobernantes, la indiferencia de la familia. La guerra nos protege de la humanidad y del cáncer de pulmón, de la neurosis, de la úlcera péptica, de la cirrosis hepática, de la hiperplasia prostática, de las piedras biliares y del infarto que esta humanidad trae consigo; enfermedades a consecuencia de las que la cama del hospital nos priva de los restos de humanidad, mientras que las residencias y hospicios nos quitan los remanente

“Víbora”. de Andrzej Sapkowski

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En esta novela, el autor polaco nos traslada a los tiempos de la intervención de la antigua URS en Afganistán, para contarnos la historia de Pavel Levart, un soldado soviético que desarrolla una peligrosa fascinación por una víbora que habita un barranco cercano a su campamento. Una víbora que parece poseer cualidades sobrenaturales, en cuya presencia Levart tiene visiones de las vidas de otros invasores de Afganistán, ya fuera con el ejército de Alejandro Magno o con la intervención inglesa en 1880 y que tal vez guarde un gran tesoro, la muerte o la entrada a otro mundo, difícil es saberlo, puesto que la realidad se distorsiona en su presencia y se confunde con la alucinación o el sueño. Valga por delante que Sapkowski es un gran escritor, y, si no lo he dicho ya, lo repito es un gran escritor, a secas, no un gran escritor del género fantástico. Sin embargo, en esta breve novela ha habido varias cosas que no me han convencido. Para empezar, está el uso exagerado de térm

“La fragua de Dios”. de Greg Bear

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  No hay mucho peligro en revelar los detalles del argumento de “La fragua de Dios” La publicidad y la introducción de Domingo Santos ya nos revelan que se trata de una novela sobre el fin del mundo, así que el desenlace parece inevitable. En concreto, la amenaza a la que se enfrenta nuestro planeta es una invasión de máquinas auto replicables, capaces de desguazarlo para convertirlo en un número casi infinito de copias de sí mismas. O algo así, porque en realidad, los medios de los que se valen esas máquinas pueden no encajar mucho. Las escenas finales, en las que se narra la destrucción de la Tierra y, en particular del parque Yosemite, son escalofriantes y muy creíbles, aunque en mi caso pierden algo de impacto al no conocer en absoluto la geografía de dicho parque, a lo que añadiría que en esas escenas en particular me ha parecido notar algunos errores de traducción, los únicos en la novela claramente perceptibles para un lector casual. Sin embargo, a pesar de la impactan

“Música en la sangre”. de Greg Bear

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            Vergil Ulam un biotecnólogo que trabaja en la creación de biochips y proyectos militares, trata de crear computadores biológicos celulares, manipulando los genes de linfocitos obtenidos de su propia sangre . Cuando sus empleadores le obligan a destruir su proyecto, decide inocularse los linfocitos modificados, con la esperanza de poder evadir la seguridad en su lugar de trabajo sin ser detectado, y poder continuar sus trabajos en otra parte. Cualquier lector entrenado puede deducir que no va a ser una buena idea.             Hay varias cosas de esta novela (o el relato que expande), independientemente de su calidad, que conviene resaltar. Una, que está considerada la primera aparición de la nanotecnología en la ciencia ficción. Es más, se la considera una obra visionaria, puesto que antecede por un año a la edición en 1986 del libro “ Engines of Creation ” de Eric Drexler , libro que define la idea de nanomáquina tal y como se le reconoce hoy en día, y que suele

Ya a la venta "Tanguy y Laverdure"

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Si alguno de ustedes pasa asiduamente por este blog, se habrá encontrado a menudo breves avisos de las publicaciones de los tomos de Buck Danny. Pues, bien, olvídenlos porque ahora ha llegado Michel Tanguy. Si son de esos infelices que desconocen todo de este cómic, les diré que las diferencias entre ambos cómics son nacionales, técnicas y cualitativas. Buck Danny es americano, Michel Tanguy francés. Buck Danny pilota apaches , Michel Tanguy mirages . Buck Danny vive en portaaviones, Michel Tanguy en bases militares. El amigo torpe, sentimental y payaso que sirve de complemento cómico en las aventuras de Buck Danny es bajito y pelirrojo, mientras que el de Michel Tanguy es delgaducho. Pero lo que las diferencia, por encima de todo, es la calidad. El cómic de Michel Tanguy es todo lo que el de Buck Danny es, sólo que mejor. Charlier era ya un guionista mas experimentado y profesional, y la diferencia en la calidad del dibujo (los primeros números de Michel Tanguy están dibujados

“La casa de la colina negra”. de José Antonio Cotrina

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            Si “ El ciclo de la luna roja ”   y “ La canción secreta del mundo ” son obras pensadas para un público juvenil que pueden ser perfectamente disfrutadas por un público adulto, sobre todo la segunda, no ocurre lo mismo con “La casa de la colina negra”. Primera novela del autor orientada hacia este tipo de público, los fans más encallecidos de Cotrina pueden encontrarla descafeinada. Los aspectos lúgubres y siniestros están mucho más comedidos, hay menos dramatismo y la habitual matanza de personajes secundarios brilla por su ausencia.             En su favor hay que decir que elude el “colegueo” no comete el error de tratar como tonta a su audiencia potencial, y que también evita el sentimentalismo barato, a pesar de que los personajes se prestaban a los autocompasivos “¿porqué nadie me entiende?” y el “¿porqué todo el mundo me odia?” tan habituales en la ficción orientada a adolescentes. El uso del lenguaje es sencillo, sin defectos ni alardes, podríamos etiqueta

“Luna de locos”. de José Antonio Cotrina

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“Luna de locos”   me ha parecido una historia en la que el escenario lo es casi todo. Nabucco, una remota luna convertida en un inmenso desguace de naves espaciales, con sus cielos cubiertos continuamente por tormentas, habitada únicamente por robots y por presidiarios condenados a cadena perpetua, que han obtenido este destino en un sorteo. Un mundo tóxico que matará inevitablemente a sus habitantes, cuya existencia es prolongada mediante tratamientos médicos experimentales, para los que la locura es un destino inevitable. Un ambiente asfixiante, bastante horrible y también (¿porqué no?) fascinante.             Gran parte de la novelette es la descripción de Nabucco y la descripción de sus tres habitantes, ya ancianos. Aquí empieza el problema y es que los tres personajes resultan totalmente inverosímiles, no porque estén locos, sino por lo llamativo de sus locuras. Uno traza pinturas rupestres sobre la superficie de las naves espaciales abandonadas, otro, obsesionado con l