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Mostrando entradas de noviembre, 2017

"Tormenta solar” de Arthurc C. Clarke y Stephen Baxter

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Es esta una peculiar continuación de “El ojo del tiempo”. Lo digo porque “El ojo del tiempo” y “Tormenta solar” son completamente distintas. “El ojo del tiempo” consistía básicamente en la creación y exploración de un escenario, el parcheado mundo de Mir. “Tormenta solar” es una novela catastrofista. De por sí, no hay nada malo en ello, pero resulta un modo extraño de construir una saga. ¿Decidirían los autores unificar dos historias independientes para aprovechar el efecto reclamo de las sagas? Nadie puede decirlo con certeza. Las dos novelas se unifican por el personaje de Bisesa, como ya quedaba insinuado al final de “El ojo del tiempo”. El problema es que Bisesa es un personaje muy poco importante en “Tormenta solar”. De los principales personajes, es el único que podría eliminarse por completo sin que por ello el argumento se resintiese. Como su nombre indica, la novela empieza con una gravísima tormenta solar, de catastróficas dimensiones, pero sólo un preludio del aconte

"Profundo" de Alberto Moreno Pérez

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Acabo de leer el número 10 de la colección Soyuz de Ediciones El Transbordador. Sorprendente, y bien recibido, el boom de la narrativa breve de género que parece que estamos viviendo. Procuraré que mi reseña sea más breve que la obra. Me ha gustado mucho la ambientación de “Profundo”, eso que llaman worldbuilding o construcción de escenarios y me ha gustado mucho como Alberto Moreno se las ha arreglado para definirla, sin explicaciones explícitas, todo directamente a través de los ojos del protagonista, Rojas. En concreto me ha sorprendido mucho el tema de la evolución del lenguaje escrito, con uso de emoticonos, algo que nunca se me había ocurrido hasta que lo leí, pero que una vez leído parece inevitable. Y los trajes configurables me encantan Alguna descripción se me hizo algo difícil de entender, la de la primera vez que Rojas mira al cielo sobre todo. Entiendo que lo que el autor esta intentando es asumir el punto de vista de una persona que no tiene nuestros referentes cul

"El sueño de los dioses" de Javier Negrete

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 En mi reseña de “El espíritu del mago”, que por cierto, ahora encuentro repleta de faltas de ortografía y errores sintácticos, decía que esperaba tardar menos en decidirme a leer “Atlántida” de lo que había tardado en decidirme a leer aquella novela. Pues bien, tardé dos años en hacerlo, que ya es bastante, pero es que he tardado siete en decidirme a leer la continuación de “El espíritu del mago”. Parece mentira que haya pasado tanto tiempo, sobre todo porque Javier Negrete ha terminado por convertirse en uno de los autores a los que más disfruto leyendo. En mi arrogancia, normalmente me creo capaz de descifrar que es lo que hace que una novela funcione, cuales son los puntos fuertes del autor que hacen que su libro me guste. Con Javier Negrete me confieso incapaz. Supongo que lo principal es que sabe componer buenas historias, que son entretenidas e interesantes, porque, al final, por muy importantes que sean las formas, lo que cuenta es la historia que se está contando. Puedo

"El bosque oscuro" de Liu Cixin

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  En la continuación de “El problema de los tres cuerpos” se percibe un atenuamiento de los defectos y virtudes de dicha obra. Los desajustes formales de la primera entrega de la serie se reducen hasta casi desaparecer, aunque los personajes siguen hablando demasiado y mantienen esa tendencia molesta a contarse unos a otros lo que ya saben, pero no el lector, y a dar explicaciones exageradamente pormenorizadas. Por desgracia, parte del encanto de su predecesora se ha perdido. En “El problema de los tres cuerpos” había al menos un momento “atiza” (algunos dicen que dos) impresionante, de lo mejor que he leído en años. En “El bosque oscuro” hay muchos momentos muy buenos y se tratan con seriedad temas muy interesantes, pero el lector que esperase que Liu Cixin rizase el rizo con un “más difícil todavía”, se llevará una desilusión. Los grandes perdedores, siguen siendo los personajes. El protagonista, Luo Jin, está un poco mejor que el resto. No se puede negar que sus acciones so