“La redención del tiempo” de Baoshu
No recuerdo la cita con exactitud y no la he encontrado, pero recuerdo haber leído en algún sitio que Neil Gaiman dijo que un fan siempre quiere que su autor idolatrado le cuente la misma historia, una y otra vez. Al parecer esta novela es una fan fiction de la saga de “El problema de los tres cuerpos” avalada por el propio Cixin Liu. No me cabe duda de que, el tal Baoshu, debe ser un auténtico fan de la saga, porque esta novela, durante toda su primera mitad, lo único que hace es volver a contar “El fin de la muerte”, esta vez desde el punto de vista de Yun Tianming. Por el camino, enmienda la plana a su idolatrado maestro, enmendando alguna que otra inconsistencia, bastante triviales la mayoría y añadiendo alguna revelación sobre personajes secundarios, estas si, completamente intrascendentes.
El resultado se asemeja a lo que podría ser la transcripción de la tertulia entre un grupo de frikis de la ciencia ficción discutiendo en la sobremesa sobre la obra de Cixin Liu. Me encantaría vivir la experiencia, disfrutaría mucho pasando la tarde trasegando cervezas con mi grupo de amigos, mientras discutimos sobre los entresijos de la última novedad en ciencia ficción. Por desgracia, mis amigos no comparten hasta ese punto mis intereses, nada me aburre más que leer las divagaciones de desconocidos y, por último, me temo que no soy un fan y que me fastidia bastante que me vuelvan a contar la misma historia.
A pesar de ello, esta parte se puede leer.
Luego viene la segunda parte, en la que Baoshu se desmelena y que es creación exclusiva suya. Esta parte es más complicada de explicar, porque parece escrita con prisa. Los personajes vienen y van, a una velocidad tal que resulta imposible preocuparse lo más mínimo por ellos, aparte de que sus acciones y el universo que las arropa, carezca del mínimo sentido.
Leyendo los pasajes mas alucinatorios de Cixin Liu siempre tuve la duda de si estaría haciendo una brillante especulación o tomándome el pelo. Mi escasa formación científica no me permitía decidirlo. A pesar de ello, con Baoshu estoy completamente seguro: me está tomando el pelo. Toneladas de absurda tecnojerga componen el grueso de esta parte. No todo es malo, no se puede negar que Baoshu tiene una imaginación bastante potente. Algunos de los conceptos que esgrime son portentosos, pero eso no salva semejante galimatías, sin pies ni cabeza.
El aval de Cixin Liu sólo se explica por la inmensa admiración hacia su obra e incluso su persona, que destila “La redención del tiempo”. Leído el final, la palabra que viene a mi mente y con la que definiría a Baoshu, no es “admirador”. Es “pelota”.
En fin, sólo recomendaría esta obra para los auténticos “fans” de “El problema de los tres cuerpos”. Los lectores cuerdos, deberían abstenerse. Lo que más recordaré de ella, será lo que lamento el tiempo empleado en su lectura.
El resultado se asemeja a lo que podría ser la transcripción de la tertulia entre un grupo de frikis de la ciencia ficción discutiendo en la sobremesa sobre la obra de Cixin Liu. Me encantaría vivir la experiencia, disfrutaría mucho pasando la tarde trasegando cervezas con mi grupo de amigos, mientras discutimos sobre los entresijos de la última novedad en ciencia ficción. Por desgracia, mis amigos no comparten hasta ese punto mis intereses, nada me aburre más que leer las divagaciones de desconocidos y, por último, me temo que no soy un fan y que me fastidia bastante que me vuelvan a contar la misma historia.
A pesar de ello, esta parte se puede leer.
Luego viene la segunda parte, en la que Baoshu se desmelena y que es creación exclusiva suya. Esta parte es más complicada de explicar, porque parece escrita con prisa. Los personajes vienen y van, a una velocidad tal que resulta imposible preocuparse lo más mínimo por ellos, aparte de que sus acciones y el universo que las arropa, carezca del mínimo sentido.
Leyendo los pasajes mas alucinatorios de Cixin Liu siempre tuve la duda de si estaría haciendo una brillante especulación o tomándome el pelo. Mi escasa formación científica no me permitía decidirlo. A pesar de ello, con Baoshu estoy completamente seguro: me está tomando el pelo. Toneladas de absurda tecnojerga componen el grueso de esta parte. No todo es malo, no se puede negar que Baoshu tiene una imaginación bastante potente. Algunos de los conceptos que esgrime son portentosos, pero eso no salva semejante galimatías, sin pies ni cabeza.
El aval de Cixin Liu sólo se explica por la inmensa admiración hacia su obra e incluso su persona, que destila “La redención del tiempo”. Leído el final, la palabra que viene a mi mente y con la que definiría a Baoshu, no es “admirador”. Es “pelota”.
En fin, sólo recomendaría esta obra para los auténticos “fans” de “El problema de los tres cuerpos”. Los lectores cuerdos, deberían abstenerse. Lo que más recordaré de ella, será lo que lamento el tiempo empleado en su lectura.
Eeeh... al menos la portada mola
ResponderEliminar