"El catalejo lacado” de Philip Pullman



Cuando uno empieza a leer por primera vez a un autor, es normal que se entusiasme pero cuando empieza a leerlo con asiduidad, se hacen evidentes defectos que siempre estuvieron ahí y que no se percibieron en el primer y entusiasmado contacto. 

Disfruté enormemente de mi primer contacto con la obra de Philip Pullman, pero ahora que lo conozco, ahora que me he terminado la trilogía que le hizo famoso, se me hacen patentes cosas a las que no presté suficiente atención en su día. El modo burdo en que introducen las tramas paralelas a la central y la escasa planificación de la historia. 

En “La brújula dorada” daba la sensación de que todo estaba perfectamente ordenado en la cabeza de Pullman y las piezas del puzzle parecían encajar a la perfección. En “La daga” un poco menos y en “El catalejo lacado” está ya bastante claro que se lo van inventando todo sobre la marcha. Se percibe en el modo apresurado en que se introduce información y se presentan personajes, a veces pocas páginas antes de matarlos. 

Si se meditan con la cabeza fría, las decisiones que toman los niños protagonistas carecen del más mínimo fundamente, emprenden una búsqueda imposible porque les parece lo correcto, aunque con ello no vayan a conseguir salir del terrible lío en el que están metidos ni ayudar a sus aliados, simplemente porque es lo conviene a la narración. La historia no fluye de las decisiones de sus protagonistas sino que es ella la que les impone esas decisiones a sus protagonistas, por muy absurdas que puedan resultar. Cuando al autor no se le ocurre una explicación aceptable para algo, se sale con cosas como, “esa gracia te fue concedida” que no explican absolutamente nada y que implica un misticismo que apunta justamente en la dirección contraria a la que Pullman quiere apuntar su historia, la existencia de una voluntad todopoderosa que rija los destinos de los seres vivos. 

Las intenciones de los “malos” de la historia, nunca quedan muy claras, aparte de que sean muy malos. Ni sus planes ni los de Lord Asriel parecen muy relevantes. El cambio de actitud de la señora Coulter no está lo suficientemente justificado. Personajes fundamentales en la anteriores entregas casi desaparecen en el desenlace. El oso Iorek tiene cierta importancia, pero la bruja Serafina podría haberse eliminado perfectamente sin muchos problemas. 

Lo peor de todo, para mis gustos de eterno adolescente, aunque calvo y obeso, es que al final Philip Pullman se pone romántico y sentimental. No llega a ser absolutamente insoportable, pero se acerca. 

Dicho esto, podría parecer que este libro es un desastre similar al final de “Lost” o “Battle Star Galactica”. Nada más lejos de la realidad. Philip Pullman sale bastante bien librado. En parte por su talento de prestidigitador, puesto que es indudable que sabe perfectamente tomar el pulso a una aventura, terminar un capítulo en el momento preciso en que el lector más deseoso se encuentre de saber lo que ocurrirá a continuación, mantener todos los platos en el aire, haciendo que siempre estén ocurriendo cosas y que sean cosas que cada vez parezcan más graves, incluir combates y escenas de acción en las que se sucedan los rescates inesperados y los sacrificios heroicos, … el tipo de cosas que mantienen la vista del lector clavada en la página de papel o en la pantalla electrónica. 

Y su imaginación e inventiva brillan a gran altura. Hay momentos muy buenos en la parte de “Divina comedia” del libro, pero me ha gustado mucho más la parte de los Mulefa, los improbables habitantes de una tierra paralela, en una curiosa simbiosis con los árboles, que me han resultado criaturas fascinantes. Lastima del pedazo de deux ex machine que supone el broche final del libro. Parece que todo se arregla porque ¿unos adolescentes se quieren? 

Por último, desde mi punto de vista meramente personal, no puedo sino admirar los huevos de Philip Pullman. Un escritor anglosajón que ha escrito un libro para niños que se detiene en explicar al os niños porque no deben creer en Dios y los beneficios del ateísmo.

Comentarios

  1. "Parece que todo se arregla porque ¿unos adolescentes se quieren?"... jojojo, eso me recuerda al final del Endymion de Dan Simmons! Y si me apuras a Interestellar. Espero que nunca me pegue esa flojera argumental

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    1. Supongo que, en esta ocasión, podría deberse al público al que esta dirigido. Me alegra saber que sigues maquinando argumentos, hace mucho que no leo nada tuyo

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    2. Pues ve preparando hueco en tus estanterías. Con alguna otra corrección de las que me sugeriste, por fin va a publicarse mi novela de Flash Gordon. La verdad es que el tema de los derechos ha sido una larga pesadilla.

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    3. Seguro que eso te pasa por honrado e intentar hacer bien las cosas. Estoy seguro de haber leído en cyberdark la sinopsis de una novela de autor español protagonizada por Marty McFly y John Connor y de esos personajes seguro que son mas caros los derechos, al ser más recientes y haber películas que fueron grandes éxitos por en medio.

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    4. Ya, pero entonces no lo puedes publicitar como Dios manda. Ten en cuenta que la editorial que me lo va a publicar es Dolmen, que es la que actualmente está sacando el material al que homenajea la novela, las dailys de Dan Barry (curiosamente los derechos del material gráfico no tienen nada que ver con los derechos sobre el personaje). A ver si así puede tener un poco más de exposición mediática...

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