“Flandry de Terra” de Poul Anderson


 
Quinto y por el momento último ejemplar publicado en España de las aventuras de Dominic Flandry. El volumen se compone de dos novelas y un relato. 

En “La plaga de los Amos” Flandry llega a una colonia pérdida en la que, debido a las condiciones biológicas, los humanos necesitan tomar periódicamente medicinas para subsistir. Poul Anderson desarrolla inteligentemente las consecuencias de este hecho y la sociedad a la que podría dar lugar. Incluye un par de descripciones de paisajes imaginarios maravillosas, volcanes y árboles gigantes, sobre todo estos últimos Como curiosidad diré que los capítulos VI y VII, bastante divertidos, en los que Flandry tima a un gangster local son lo que los aficionados más veteranos llamamos “puro Jack Vance”, aunque ignoro si habría o no influencias entre los dos autores. 

Dicho esto, es una historia que me cuesta mucho tomarme en serio. 

¿Porque? Bueno, para que se hagan una idea, casi al comienzo, cuando Flandry acaba de llegar al planeta y se ve amenazado reacciona ¡saltando por la ventana, tras hacer añicos los cristales! 

Esto tan infantil y teatral que parece salido de los seriales del cine mudo, o de algún comic no demasiado adulto. Recuerdo que en uno de Lucky Luke (“El emperador Smith) el inteligente Jolly Jumper bromeaba sobre ello. 

El resto de la novela consiste en Flandry dejándose atrapar por sus perseguidores, para tener una excusa para escapar de ellos, porque si no no habría acción. Todo se arregla con demasiada facilidad, su inteligente perseguidor resulta muy fácil de engañar y muy sugestionable a hacer lo que se le manda y las mujeres sigue enamorándose de Flandry con demasiada facilidad. 

La segunda novela “Los cazadores de la caverna celeste”, tiene el que probablemente sea el argumento más elaborado que he leído hasta ahora en la serie de Flandry. En esta ocasión investiga a una misteriosa especie que ha conquistado una colonia del imperio de escasa importancia, aparentemente con el apoyo de los Imerianos, otros alienígenas, respiradores de hidrógeno, justo en el momento en que el imperio se encuentra inmerso en una terrible crisis con sus enemigos merseianos. 

Bien, hay que reconocer que el ritmo nunca decae, y que Flandry salta de un peligro a otro, a lo largo de toda la novela, que no falta sentido de la maravilla y que, como dice Javier Jiménez Barco en su introducción, Poul Anderson es un gran creador de mundos, asombrosamente detallados. Además, en los capítulos que transcurren en el planeta ocupado se ofrece una visión más realista de las consecuencias de la guerra que en otras parte de la saga. 

El duelo final, que transcurre en un planeta en formación es emocionante y contiene algunos párrafos inolvidables: “En poco tiempo (unos cuantos millones de años más, cuando ni el viento recordara a los huesos de los hombres) se encenderían los fuegos atómicos y una nueva luz brillaría en este cielo. [...] Si mueres aquí, tu cuerpo será aplastado bajo los nuevos continentes y tus átomos serán alojados, por toda la eternidad, en las entrañas de un planeta” 

Pero la parte amorosa sigue siendo bastante lamentable y en en “Los cazadores de la caverna celeste” tiene bastante peso. Es difícil saber si Anderson se limitaba a seguir los clichés en boga en el momento de su publicación o si realmente se tomaba en serio lo que escribía. El caso es que le da un tonillo de fantasía masculina que a ojos del lector moderno resulta entre sonrojante y ridículo. Eso cuando no se pone de un cursi insoportable. Y, por supuesto, sus adversarios siguen comportándose como unos pardillos. 

Por otro lado, me da la sensación de que la traducción se hace líos tremendos con los párrafos algo complicados y con las explicaciones científicas. Como poco, “sensible” se sigue traduciendo literalmente. Poul Anderson era un autor que cuidaba mucho la verosimilitud científica y aquí llega a decir que la gran mancha roja de Júpiter está hecha de hielo. ¿Sería una creencia de la época, un fallo garrafal de Anderson, un lío de la traducción o soy yo quien se está columpiando? 

El relato con el que concluye “Los embajadores de la carne”es simplemente entretenido. Una historia amena no muy larga, sin aciertos ni defectos reseñables. 

Si bien es un libro entretenido, me ha resultado muy irregular en todos los aspectos concebibles, no me atrevería a recomendar su compra.

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