“Horizonte de estrellas” de Víctor Conde y Guillen Sánchez.


Un transporte colonial a una lejana estrella, con la mayoría de sus tripulantes y pasajeros sumidos en hibernación, se encuentra de repente detenido contra su voluntad, en las proximidades de una nave espacial alienígena, aparentemente deshabitada, perteneciente a una raza tan poderosa como misteriosa.

Creo que hablando de este libro, Guillen Sánchez dijo algo así como que uno es todos los libros que ha leído y todas las películas que ha visto. Viene a cuento, porque lo primero que sentí al comenzar este libro fue una sensación de familiaridad. Es fácil acordarse de “Cita con Rama” y de la obra de Stanislaw Lem, pero también de la de David Brin (hay especies pupilas, aunque mucho mejor tratadas que en su universo particular y misteriosos Progenitores), de la de Vernor Vinge (mejor no desvelar nada) , de las películas de “Alien” y tengo la sensación de que de muchos capítulos de “Star Trek” aunque no sabría decir exactamente de cual.

También hay un cierto apresuramiento, como si los autores tuvieran demasiada prisa por introducir al lector en su universo, o miedo, de no ser capaces de proporcionarle toda la información necesaria para la comprensión de la historia de un modo sutil . Me quejaba de los “infodumps” de Cixin Liu, pero ya en la segunda página de “Horizonte de estrellas” te están explicando como funcionan los viajes interestelares de este universo. Ese apresuramiento se ceba en las últimas páginas, en las que percibo un cierto “efecto José Antonio Suárez”, aunque sin llegar a los extremos de este autor. Es decir, quedan diez páginas para acabar, diez páginas con un tamaño de letra y un interlineado mas que generoso y los protagonistas todavía están metidos en un fregado tan gordo que parece imposible salir de él.

Dichas prisas podrían repercutir también en el esquematismo de los personajes, aunque no estoy seguro de eso. Creo que los autores han caracterizado a los personajes lo justo y necesario para que no estorben en medio del viaje de descubrimiento, las reflexiones y las especulaciones que son el esqueleto del libro.

He leído “Horizonte de estrellas” con agrado y placer, mientras se sucedían las sorpresas y las revelaciones inesperadas. Es una novela muy imaginativa, con algunos de los alienígenas más extraños que he leído en mi vida, llena de creaciones memorables como ese jardín computacional, esas naves “en construcción” y ese “hackeo”, el más original que he visto en mi vida. “Horizonte de estrellas” es una historia de primer contacto llena del “sense of wonder” y la magia de la ciencia ficción clásica. Ante este deleite es irrelevante que el estilo sea algo monótono y que alguno detalles de humor me halla resultado algo toscos.

Pero mi opinión no es completamente positiva. Aunque no llega a estropearla, creo que la novela pierde bastante en su final. Un final, como diríamos, original. El estilo, de repente, se vuelve mucho más elaborado, abundan los dobles sentidos, las contraposiciones y los juegos de palabras.

Soy incapaz de discernir el objetivo de esta pirotecnia literario. Está claro que no he sabido captar lo que los autores pretendían con el desenlace. Puede que trataran de codificar toda su visión del mundo en una pocas líneas, loable intento, que pretendieran demostrar que la filosofía también puede ser divertida, que propusieran un juego metaliterario con el lenguaje o que, simplemente, se les fuera la pinza. En fin, soy incapaz de apreciarlo y apenas de disfrutarlo, pero si que lo he hecho y mucho, con el resto de la novela.

Comentarios

  1. Uf. Yo casi no he podido con ella. Toda esa parafernalia hard me ha parecido inverosímil y delirante, y las supuestas explicaciones metidas a presión. O es que se me ha torcido desde el principio, que a veces pasa. El caso es que me he visto sin ningún interés en seguir la trama y forzándome a seguir leyendo, porque al menos no es muy larga. Me pasó algo parecido con la también bien considerada Mickey 7. Me hago mayor, creo.

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    1. Igual yo me estoy volviendo demasiado tolerante. Todo lo relacionado con el viaje espacial me pareció inverosímil y no le presté mucha atención. Los aspectos biológicos, no es que me parecieran más creíbles, pero me hizo gracia la magnitud de la chaladura.

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