"El hombre delgado" de Dashiell Hammett


 
“El hombre delgado” es la última de las novelas de Dashiell Hammett

El protagonista, Nick Charles, es un antiguo detective privado, casado con una mujer rica Nora, que ve su plácida vida alterada cuando, sin comerlo ni beberlo, se ve involucrado con la familia, Wynant. Clyde Winant, un inventor extravagante y probablemente chalado, al que hace mucho que nadie ha visto, puede haber asesinado a su asistente, Julia Wolf. Nick es un viejo conocido de la familia, al que le cuesta mucho deshacerse de la hija de Clyde, Dorothy, que parece hacer lo imposible para alojarse permanentemente en las mismas habitaciones de hotel que Nick y Nora y, cuando la prensa le relaciona con la investigación del crimen no ve más remedio que emprenderla.

Recuerdo que en algún momento de mi niñez hubo un ciclo de películas de “El hombre delgado”. Es curioso, porque “El hombre delgado” del título es Clyde Winant, no Nick Charles. Aquellas películas tenían más de comedia que de cine negro. En su momento me decepcionó mucho, porque sabía que venían de Dashiell Hammett el CREADOR de la serie negra y que incluso contribuyó a los argumentos de las primeras.

Concluida la lectura, me parece una adaptación adecuada, porque “El hombre delgado” es, fundamentalmente, una comedia. Durante la primera mitad del libro, Nick trata de zafarse de la investigación y alejarse lo máximo posible de la familia Wynant, cuyos integrantes son a cual más loco o mentiroso, en especial la rencorosa ex señora Wynant, Mimi Jorgenson. Y, cuando no le queda más remedio que hacerse cargo de las pesquisas, se esfuerza constantemente en no hacerles ni caso e ignorar todo lo que le dicen, algo en lo que falla el cada vez más agobiado detective de homicidos John Guild, que no puede evitar que le arrastren en sus locuras.

Mucho menos implacable que otros detectives de Hammett, el método de Nick consiste en escuchar todo lo que la gente se acerca a contarle. Tiene más paciencia que un santo, no puede pasar cinco minutos sin que nadie se le acerque a darle una pista o susurrarle una supuesta revelación. Quizás hayan oído decir que Asimov escribía novelas “dialogadas” en las que los personajes no hacían más que hablar y hablar. ¡Eso no es nada! “El hombre delgado” si que es una novela dialogada, páginas y más páginas de diálogos. Podría ser el guión de una obra de teatro, pero echo en falta las acotaciones. Quizá un serial radiofónico.

Entre conversación y conversación, Nick se dedica a ir de fiesta en fiesta con Nora, a cenar y almorzar con sus amigos y a beber mucho, en locales clandestinos o no. Y a mantener cuidadosasmente ocultas sus opiniones.

En más de una ocasión, el ritmo, excesivamente vertiginoso, puede llegar a hacerse cansino, sobre todo si quieres terminar un capítulo antes de acostarte y ves que no paran de pasar cosas y más cosas. Hay alguna pista falsa que, efectivamente, es falsa y no tiene nada que ver con la historia principal ni con nada en absoluto y momentos en los que los cabos sueltos se enredan en nudos que parecen imposibles de aflojar, que me hacen pensar si Hammett no se lo estaría inventando todo sobre la marcha.

Aún así, en general ha resultado una lectura muy agradable y entretenida.

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