"La nave de Ishtar" de Abraham Merritt
Tuve el impulso de dejar el enlace a la reseña de Sergio Mars y cerrar el post. Posteriormente hubiera añadido otro propio, con mis impresiones personales, que hubiera añadido muy poco y estaría mucho peor documentado. Es lo malo de reseñar algo que ya haya sido reseñado por Sergio Mars, queda poco que añadir. Empiezo a comprender a esos escritores de ciencia ficción que se niegan a leer ciencia ficción. Consciente de que mis payasadas pueden llegar a cansar, al final decidí escribir el post directamente.
El caso es que si que puedo añadir algo al post de rescepto. Ya existe más de una edición, hay una más reciente de “Los libros de Barsoon” que es la que yo he leído, que se jacta de ser la primera edición “completa”. "La Nave de Ishtar” fue, en su día, una obra inmensamente popular. Pertenece al subgénero fantástico de los “desplazados”. Kenton, un arqueólogo extrae de un bloque de piedra babilónico la maqueta de un barco y se ve trasladado a su interior, en una especie de universo paralelo, cuyos habitantes han sido abducidos de diferentes épocas por los sacerdotes de varios credos de la antigüedad. Es un universo en el que el tiempo no parece transcurrir, por cuyas aguas surca eternamente el barco del modelo, dividido entre los adoradores de Ishtar y Nergal, el amor/vida, la muerte/destrucción, como castigo a un romance prohibido entre sus sumos sacerdotes, aunque, curiosamente, estos ya hayan desaparecido, dejando sus facciones en manos de sus sucesores. Kenton, por supuesto, se enamorará a primera vista de la sacerdotisa de Ishtar y se convertirá en enemigo acérrimo del sacerdote de Nergal.
La novela transcurre a lo largo de una única noche, durante la que Kenton realiza varias incursiones hacia este mundo, en el que el tiempo parece transcurrir mucho más deprisa que en el nuestro. La escala temporal es confusa, pero seguramente vivirá allí durante años subjetivos, lo que le da tiempo a conquistar a su amada y librar unas cuantas batallas, a pesar de su tendencia instintiva a regresar a nuestro mundo cuando está a punto de morir.
Objetivamente, no parece que vaya a recomendar a nadie la lectura de “La nave de Ishtar”. El interés fundamental de la obra de Merrit está en las descripciones y la ambientación. Ahí consigue momentos evocadores o incluso fascinantes. Al menos, a mí me lo parecen. Por lo demás, el ritmo de la narración es excesivamente sosegado y los personajes no tienen profundidad. Estilísticamente tiene una curiosa costumbre, que encuentro irritante. Termina una frase con puntos suspensivos … ¡Seguida de signos de admiración! Si sólo lo hiciera una vez o un par de veces, no pasaría nada, pero lo repite a lo largo de toda la novela y, la verdad, parece algo un recurso un poco burdo, El final sorprende por lo trágico, lo que curiosamente, eleva mi opinión del libro.
La obra de Merritt es corta. Sólo me quedan dos novelas suyas por leer, pero no sé si debería clasificarlas como “placeres culpables” y dejar de reseñarlas. Mi opinión ha quedado clara en post anteriores y no creo que vaya a cambiar. Merritt está tan desfasado que es difícil que el lector moderno disfrute leyéndolo, a menos que dicho lector entre en alguna de estas categorías:
a) Sea un estudioso de la literatura fantástica, interesado en la historia y evolución del género.
b) Sienta cariño por la narrativa popular de comienzos del siglo veinte y disfrute, precisamente, de lo anticuado que está.
c) Disfruta más de la ambientación que del argumento.
d) Sea el autor de este post.
Como no se cuanto tardaré en escribir mi próxima reseña, pueden ahorrarse su lectura consultando esta:
La guerra que pueden dar los dichosos enlaces.
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