"El señor de la guerra" de Berbard Cornwell

 

Todas las cosas llegan a su fin y, finalmente, Bernard Cornwell ha dado por finalizada la saga de Uthred de Bebbanburg.

Ya anciano y finalmente asentado en la fortaleza de sus antepasados, Uthred sigue lidiando entre su lealtad a Wessex, al rey Athelstano, a quien crió como un hijo, y las asechanzas de los reinos vecinos, entre los que se fragua una alianza para oponerse al rey sajón. Athelstano, por su parte, se ha distanciado cada vez más de él llevado por la influencia de consejeros tan ambiciosos, como jóvenes y bien parecidos.

Uthred maniobrará con astucia entre desplantes, traiciones y jugarretas varias, hasta alcanzar el clímax de la novela en la batalla de Brunanburh (937), acudiendo a una profetizada cita con el destino que, esta vez, si se cumplirá.

Como curiosidad, debo decir que esta fue la primera novela en la que la serie de televisión “Last Kingdom” finalmente me alcanzó, ya que ví la película que la concluye “7 reyes deben morir” antes de leer el libro. Ya desde la tercera temporada habían empezado a divergir cada vez más, pero es asombroso ver como en la película engañan como a un chino al pobre Uthred con una treta tirando a tonta, mientras que, en el libro, él utiliza más o menos la misma estrategia, aunque más elaborada, para engañar a sus enemigos. Y asesinarlos a sangre fría.

Como todos los libros de la saga, más que leerlo se devora. Tiene sus momentos divertidos, sus momentos dramáticos, alguna sorpresa, ese enemigo que siempre aparece por donde no se le espera, buen pulso, personajes carismáticos, pero …

Hace muchos años que Bernard Cornwell lleva escribiendo los libros de Uthred en piloto automático. Todos se parecen mucho entre sí y aportan pocas novedades. No son libros malos, son entretenidos y emocionantes. Por desgracia, “El señor de la guerra” no es una excepción. padece el síndrome del último libro de una saga, no está a la altura del acontecimiento. A uno le gustaría que el final de una serie, sobre todo de una tan larga, fuera memorable, que se tratase del mejor capítulo de la saga. Sin embargo, “El señor de la guerra” no lo es, simplemente es uno más y no precisamente de los mejores.