"El mundo de los No-A" de Alfred E. Van Vogt



El mundo de los No A! es sin duda la mas famosa novela de Alfred A Van Vogt. ¿Y que significa No A? No Aristotélico. ¿Que significa eso? Pues, eh..... En la novela se refiere a una ideología que se caracteriza porque.......esto.....!El mapa no es el territorio!. Hay que distinguir los objetos reales de las abstracciones. que los representan. A eso le añade, aunque no tenga nada que ver, un batiburrillo sobre aprender a integrar el cerebro y el sistema nervioso y la parte animal con la racional que hace a la gente.... muy lista. Y muy hábil para afrontar cualquier situación. Una obviedad seguida de un eslogan de secta y nada mas general. Ese es todo el misterioso e ininteligible entramado filosófico de esta ¿polémica? novela. Al parecer lo sacó todo de la semántica general de Alfred Korzybski, a quien no tengo el gusto de conocer, pero aparte de lo del mapa no se entra en mayor detalle.Y según la wikipedia una lógica no aristotélica es aquella que consta de mas de dos valores.

La introducción y la wikipedia nos indican que en su día debió de ser una novela polémica por su contenido ideológico o por la propaganda de la ideología de Korzybski. ¿Que quedó de todo aquello? Probablemente solo los aficionados a Van Vogt la recuerdan actualmente y solo algunos irreductibles de la ciencia ficción clásica recordamos a Van Vogt.

Lo que tenemos, al final, es un adiestramiento que vuelve a la gente, los buenos, mas listos y capaces de enfrentarse a los malos. Suena infantil, pero la mayor parte de las aventuras lo son un poco, y nos encantan.

Concluyendo: la típica novela de A.A. Van Vogt en la que un tipo supuestamente muy listo, y con una suerte del copón, se enfrenta aun adversario mega poderoso, solo que esta vez todo es mucho mas difuso. No tenemos muy claro quien es el heroe de la historía y hasta el tercio final no sabemos quienes son exactamente los malos. Sobre el héroe de la historia, hay protagonismo único, se llama Glossein, no tenemos muy claro quien es, porque, lo que pasa es que el pasado que recuerda le ha sido inculcado por sugestión hipnótica, y si, antes de que lo diga alguien, eso resulta muy Dickiano, la primera parte de la novela tiene mucho de Philik K Dick, y es buena, aunque según la wikipedia es anterior a la primera novela publicada de este. Eso no quiere decir que no se trate de la típica trama de intriga y aventuras de Van Vogt, con giros argumentales cada veinte páginas y en la que el protagonista es el centro del universo. Mejor que en algunas ocasiones, la traducción por una vez es decente y hay que ver lo mucho que eso ayuda. El apartado científico es típico de Van Vogt: ridículo. Contiene perlas de sabiduría del estilo "La teoría de la evolución solo tiene sentido si no se estudia con profundidad", soltadas como hechos irrefutables al mas puro estilo Henlein, y en ocasiones se torna incomprensible, pero bueno, no hay que preocuparse, es solo una excusa para darle una varita mágica al protagonista, así que se pueden pasar por encima de esos párrafos y concluir que el protagonista va a obtener una varita mágica, en este caso el teletransporte.

Sin embargo, aunque la primera mitad es excelente, dentro de sus auto limitaciones, la novela me parece demasiado alargada, algo que también es típico de Van Vogt, y eso que sus obras son cortas. Glossein se mete en muchos callejones sin salida y abandona bruscamente muchos cursos de acción, mas que nada para evitar que la novela se acabe demasiado pronto, lo que supone demasiado abusar de la suspensión de incredulidad del lector, las necesidades de la narración se imponen sobre su coherencia de lo narrado. Así abandona al psiquiatra que le podría dar el adiestramiento con el que resultaría vencedor, para no vencer demasiado pronto, y la obsesión con atar y amordazar a la chica de la historía es involuntariamente cómica, tremendamente parodiable y parodiada. Chica con la que, milagrosamente, no establece ninguna relación amorosa, aunque en cierto modo sea su mujer.

El final es sorprendentemente bueno. Los cliff hanger y giros inexperados de Van Vogt recuerdan mucho a las series de televisión actuales, pero, al contrario que en ellas, Van Vogt se las apañaba en las últimas diez o quince páginas para encajar todas las piezas y que todo tuviera mas o menos sentido, y en ocasiones hasta le colaba goles inteligentes al lector.

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