"Las sendas púrpuras" de Angel Torres Quesada
En “Las sendas púrpuras” tenemos
una red de agujeros de gusano que conecta una serie de mundos, que además
proporciona el acceso a la “Fuente de sabiduría”, una especie de internet, y de
algún modo es a su vez una fuente de energía. La elite, los purpurados,
mantienen el poder mediante el terror de los planetas a ser aislados de la
malla.
Al comienzo de la novela, la
protagonista, Giselle, es rescatada por su padre de su horrible existencia en
uno de estos mundos aislados, para convertirse de golpe en miembro de la
aristocracia de este ámbito de planetas conectados y se pasará toda la novela
lidiando con los misteriosos planes de su padre y sus aliados.
Hay un puñado de ideas y
situaciones, sino originales, interesantes. No se puede negar la habilidad de Ángel
Torres Quesada para mantener la intriga e interesar al lector. Hay un par de
personajes también interesantes (los menos), aunque no se profundiza en ellos,
la inmensa mayoría son tópicos y esquemáticos, definibles con una frase, que es
todo el espacio que se dedica a su definición, por otra parte.
Es de agradecer que Quesada no se
ande por las ramas. En ocasiones hace de la concisión un arte, evitando los
excesos de escritores menos experimentados. Por ejemplo, la primera vez que la
protagonista viaja por el hiperespacio, muchos, yo mismo, se hubieran enrollado
largamente para intentar describir lo maravilloso y desconcertante qué es.
Quesada lo liquida con un par de frases. No hace falta más. Lo mismo ocurre con
las escenas de acción, lo que las hace dinámicas, aunque también carentes de
emoción y con los pasajes mas peliagudos, lo que por desgracia elimina
cualquier traza de sense of wonder.
Viajar por el tiempo o quebrantar las leyes de la física son acontecimientos
descritos con desgana, como si fuera lo más normal del mundo.
La novela está basada mas en el
dialogo, los enfrentamientos verbales y los giros inesperados que en la acción.
Lo que demuestra que Quesada es un mal dialoguista y un narrador atropellado,
incapaz de ceñirse a un esquema argumental medianamente coherente.
Además, Quesada comete un delito
a mi entender imperdonable en este tipo de novelas. En mi opinión, las reglas
que rigen un universo ficticio deben ser explicadas al comienzo de la obra, ya
sea directa o indirectamente, y luego cumplidas a rajatabla. Quesada no hace ni
una cosa ni otra, se va sacando conejos argumentales del sombrero según los va
necesitando el argumento, que parece ir improvisando sobre la marcha.
La contraportada dice que esta
novela fue finalista al premio Minotauro. Ignoro cuales son su bases, “Crónicas
del multiverso” era bastante tocho, así que no creo que haya una restricción
importante en el tamaño de las obras, pero ya sea por la necesidad de respetar
las bases del concurso o porque la novela simplemente salió así, todo parece
improvisado y confuso, cual serie de televisión de J.J. Abrams o Ronald D.
Moore. Hay que reconocer a Quesada, que, al contrario que estos productores, el
consigue dar a su novela un final adecuado, que mas o menos ata todos los
cabos, pero es un final decepcionante y carente de inteligencia e ingenio. Vamos si es que hasta hay un viaje en el tiempo y
no es capaz de montarse un bucle, ni una paradoja. Las explicaciones
son confusas y poco creíbles. Si la valía de alguien se mide por la de sus adversarios, la de los protagonistas está al nivel de las cucarachas. Aceptar el final no es que suponga comulgar con ruedas de molino, sino con las aspas enteras. El grado de despiste, despreocupación y exceso de confianza que exhiben éstos al final, no es que atente contra la "suspensión de incredulidad", es que atenta contra el sentido común.
En fin es una novela medianamente
entretenida. Eso sí, la historia tarda demasiado en arrancar. No puedo decir
que se lea con agrado, puesto que sus giros y revueltas absurdos lo impiden, aparte de la gran cantidad de erratas y errores varios, indignos de una edición profesional. El
estilo no alcanza los mínimos, los personajes no son gran cosa, pero, y esto es
lo mas grave, su principal problema es el argumento.
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