“Zaibatsu” de Diana P. Morales
Llegó su turno a la otra mitad
del número 53 de Espiral CF. Poco se puede decir del argumento que no figure en
la contraportada. La humanidad vive bajo enormes burbujas en una tierra casi
inhabitable. Sandor Hero, un habitante de una de estas burbujas, casado con una
senadora, a punto de recibir un ascenso y con un gran futuro por delante, es
testigo un día de cómo aparentemente las fuerzas de seguridad asesinan a una
chica.
La indiferencia y el secretismo
con el que autoridades, medios de comunicación y amigos tratan este hecho, le
llevan a investigarlo por su cuenta, una investigación que le hará plantearse
los pilares sobre los que hasta ahora ha descansado su vida.
Algún día alguien inventará una
etiqueta para referirse a la ciencia ficción “paranoica”, la que trata de cómo sus
protagonistas descubren la otra cara de la realidad, que los gobiernos o un
indeterminado Poder, con mayúsculas, intentan ocultarnos. El problema es que
tal vez le sobre la palabra “ficción”, a esa etiqueta. Todo esto, por supuesto,
son digresiones mías.
La breve novela está estructurada
cómo si fuera un collage de grabaciones sensoriales, filmaciones y documentos,
la mayor parte está narrada en primera persona y en presente. Diana P. Morales sale
airosa de la tarea de transmitir esa impresión al lector, y lo hace además sin exhibicionismos
literarios, sin recurrir a pirotecnias estilísticas que puedan llegar a
confundir la narración.
El sentido del ritmo está
perfectamente medido, cada cosa ocurre justo cuando tiene que ocurrir y dura el
tiempo necesario. Los personajes están caracterizados, lo justo, un poco menos
y serían estereotipos con los que no se podría sentir empatía, un poco mas, y se
entorpecería el curso de la acción, lo que sería imperdonable en un relato
corto.
Es extremadamente fácil de leer,
lo que siempre es un logro, y muy entretenida. En el lado negativo, que no es
demasiado original, aunque debo decir que la revelación final no la vi venir, y
eso que uno es un lector muy avezado y que los indicios estaban ahí desde el
comienzo. Quizá los momentos más violentos, o simplemente horribles, me hayan
resultado narrados con poca convicción. Y que todo me ha sonado familiar como
si fuera una variante sobre una historia que ya hubiera leído, o que hubiera
visto en alguna película o serie de televisión.
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