Trabajo atrasado.

Soy el tipo de cretino que, cuando sale del cine después de haber visto una película que se basaba en una novela que había leído previamente, tiene que desglosar ante sus amigos todas y cada una de las diferencias con el original y, según los que me conoce, explicar cuan superior era este último. Yo siempre he creído que, simplemente, me hacía el listo.

Pero el ritmo de adaptaciones a cine y televisión que vivimos actualmente me ha desbordado. Me he dado cuenta de que, en una vida humana, no hay tiempo suficiente para leer todo lo que me gustaría.
En algún momento de la mía, quiero ponerme a leer a Brandon Sanderson, aunque el volumen de su obra me asusta cada vez más. Seguro que le adaptan al cine, antes de que me haya puesto a ello.

De “Juego de Tronos” sólo me he leído los dos primeros libros, que me aburrieron de mala manera, pero creo que “Canción de hielo y fuego” es un título mucho más bonito.

Ahora mismo, ando leyendo “La guerra de calibán”. Cuando empecé a ver la serie “The Expanse” me paré en el episodio 5 de la segunda temporada, porque no quería seguir viéndola hasta haberlo leído.

“Ready Player One” lleva durmiendo el sueño de los justos en mi biblioteca desde hace un par de años y está al caer el estreno de la película. Supongo que se debe a que jamás tuve un spectrum (mi hermano mayor, si) no dispuse de un PC hasta la adolescencia y, en algún momento de la carrera, me harté de los juegos de ordenador, así que no me atraen los videojuegos y las críticas que he leído, alaban más sus referencias a la cultura popular que la novela en sí.

Pero el premio gordo se lo lleva la recién estrenada serie de Netflix “Altered carbon”. Mi edición no es la de Gigamesh, sino la de Minotauro. Debe llevar alrededor de diez años cogiendo polvo en el fondo de mi armario, creo. La verdad es que no sé exactamente donde la guaré. Sinceramente, la compré porque la encontré barata.

Y eso es solamente con los libros que tienen adaptación a otro medio ...

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