“El final de la cuerda” de Joseph Conrad.

Hay poco que decir sobre el argumento de esta novela, que, a pesar de venderse como tal, quizá sea un relato largo. Un capitán de navío, ya anciano, ante las dificultades que atraviesa su hija, se asocia con el propietario de un vapor, el capitán lo dirigirá y aportará un generoso préstamo que deberá serle devuelto al cabo de 5 años, siempre que no se cumplan una serie de condiciones (incapacidad por embriaguez o enfermedad, por ejemplo). Hay muy poca acción, entendida como sucesos, el grueso de la novela es desarrollo de personajes, descripción de paisajes y reflexiones. Y me ha encantado. Hacía tiempo que no leía nada de Joseph Conrad. Le considero un escritor difícil, porque exige de sus lectores grandes dosis de paciencia y atención. El polaco nacionalizado inglés comete todos y cada uno de los delitos que considero imperdonables: se anda por las ramas, construye frases interminables que se ramifican como el delta de un rio y parece que nunca van a llegar al mar, se enrolla en ...