Acronos de acero y sangre. Relatos de terror steampunk


Las antologías Acronos de relatos steampunk se han sucedido sin que nunca hayan despertado mi interés, hasta ahora. ¿Qué tiene esta de particular? En esta ocasión está especializada en relatos de terror. Una parte de mi sigue pensando que las historias de terror tienen que transcurrir en algo parecido al siglo XIX, entre coches de caballos que circulan por la noche en barrios pocos recomendables, protagonizadas por tipos estirados con chaquetas largas y cuellos altos que viven en mansiones y pasan su tiempo libre en clubs privados. Esa parte de mí, que en realidad lo que anhela es volver a visitar un territorio que fue importante para la formación de su personalidad. Supongo que tienen razón los que dicen que la auténtica patria es la infancia y que yo soy un sentimental.

Por lo demás, antes no había leído a ninguno de sus autores. Es más, salvo Santiago Eximeno, no los conocía ni de nombre. ¿Que me he encontrado? Relatos entretenidos, escritos con profesionalidad y carentes de originalidad.

De los diez relatos, sólo 2 me han llamado la atención “El corazón de las máquinas no late”, de Eva García Guerrero y “Engranajes familiares” de Santiago Eximeno.

“El corazón de las máquinas no late” transcurre en un una realidad alternativa, en la que el uso de autómatas está generalizado y las mujeres desempeñan todos los trabajos importantes. Es una historia muy creativa, plagada de invenciones fascinantes, contada de un modo interesante. (Iba a decir original, pero ya no hay estructura narrativa original en este mundo, ni siquiera en el género fantástico). Además, es un cuento que refleja una profunda fascinación, por el cine, que es otra de mis pasiones.

“Engranajes familiares”, es el relato que más me ha impactado. Situado en el último lugar de la antología, es un digno colofón a la misma. Es el único que consiguió que realmente sintiera algo por sus personajes y que me horrorizara por su destino. Un mal rollo bien conseguido que ha despertado mi curiosidad hacia la obra del autor.

El resto me han resultado tan entretenidos como intrascendentes. Ya los estoy olvidando.

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