“Los juegos de Nemesis” de James A. Corey
Con esto de teletrabajar estoy durmiendo tres cuartos de hora más,
lo que significa que estoy más despierto por las noches y más capaz
de prestar atención a lo que leo. Así que he sacrificado el tiempo
que suelo dedicar a leer relatos de Robert Silverberg para terminarme
esta novela, de la que ya llevaba cerca de dos terceras partes cuando
estalló la crisis del coronavirus.
La novela resulta un entretenimiento eficaz, como tienen por
costumbre las novelas de la saga de “The expanse” (que supongo
que se refiere a la expansión de la humanidad por el cosmos y no al
elongamiento de penes, como parecían pensar todos mis conocidos
cuando les hablaba de la serie televisión ¿Cuántas veces habré hecho este chiste?)
Sin entrar en spoilers, supone un punto de inflexión dentro de la
saga, el status quo se derrumba de tal modo que las cosas nunca
volverán a ser las mismas. Todo sale mal y, aunque las tramas
principales del libro se resuelven, no lo hacen así las tramas
generales, que quedan en el aire de un modo espectacular. Quizá por
eso, los aficionados del otro lado del charco sienten un gran cariño
por esta entrega. Para ellos es como “El imperio contraataca” y
“La boda roja”.
Mis propios sentimientos son más mezclados. Para mi gusto, la novela
tarda demasiado en arrancar y demasiado en terminar. Eso si, durante
el resto es casi imposible soltarla. Los autores han adquirido una
innegable pericia en mantener el ritmo de su narración y crear
expectativas en el lector.
En esta ocasión, no hay personajes nuevos, sino que la tripulación
de la Rocinante se divide y cada uno de los tripulantes carga con su
propia línea argumental. A estas alturas de la serie, si sigo
leyéndola es porque les he cogido cierto cariño, pero no dejo de
encontrar que son los personajes más flojos de una serie que no
destaca por el desarrollo de los mismos. Para la ocasión, los
autores relegan al fondo del escenario al antaño omnipresente Holden
y desarrollan más el pasado y las personalidades del resto de la
tripulación, con resultados desiguales. Mientras que Alex me sigue
pareciendo algo forzado, Amos y Naomi se revelan mucho más
interesantes. Por cierto que se nota que la serie de televisión se
ha rodado con este libro en mente. Así, Amos que hasta ahora era
simplemente el tipo duro de la tripulación, se parece más al
psicópata de la serie, en la que se han revelado ya muchos de los
secretos de Naomi, que deviene el personaje más interesante.
Por desgracia durante un tercio largo del libro, los protagonistas se
enredan con sus problemas personales y con investigaciones tan
carentes de interés como la de “El despertar del Leviathan”,
consistentes en ir preguntando a gente que no les dice a nada.
Finalmente la cosa se lía y se lía muy gorda. En esta ocasión, el
desencadenante de la acción es puramente humano, político, dejando
en pausa la trama alienígena para libros posteriores. Cada uno de
los tripulantes de la Rocinante deberá luchar por su supervivencia, especialmente Amos, cuya trama, aunque tal vez necesaria, por el punto de vista que
aporta, está completamente desconectada de las demás y quizá
resienta el ritmo de la novela. La trama de Alex está bien y la de
Naomi es de lejos la mejor.
Los autores hacen pasar a este personaje por un auténtico infierno,
físico y mental, en el que tendrá que afrontar sus demonios del
pasado y sobreponerse para salvarse a sí misma y a sus compañeros,
revelándose como una mujer llena de recursos, tal vez demasiados,
una auténtica McGyver del espacio.
Lástima que los autores no tengan la misma pericia demostrada en
otros quehaceres en describir sentimientos, porque de tenerla, la
parte de Naomi hubiera dado lugar a una gran obra. Por desgracia, las
cosas son como son y su sentimentalismo es tan bienintencionado como
pueril. Pero hacen una buena space opera.
Nada de ello particularmente sorprendente para los seguidores de la
saga. Un buen entretenimiento y poco más, lo que no es poco.
Personalmente, encuentro muy interesantes los escenarios y el modo, a
mi parecer bastante realista, en que describen como podría ser la
vida en el espacio, pero espero que próximamente sepamos más de la
protomolécula y de los nuevos mundos que aguardan a la humanidad.
Bueno, ya está, he conseguido escribir la reseña. ¿Quedará
alguien a quien pueda interesarle lo que opino de esta novela, con la
que está cayendo? Estamos más necesitados que nunca de evasión, pero leer libros es una opción muy superior a leer sobre libros. Si al menos mis chistes fueran mejores ...
No subestimes el placer de leer sobre libros. Es un buen sustitutivo de hablar sobre libros con alguien que comparta tu pasión. Y más en estos tiempos de encierro.
ResponderEliminarSiempre al quite para subirme la moral cuando estoy de bajón. Te estás convirtiendo en mi paño de lagrimas habitual. Muchas gracias, Alberto, es un placer tenerte por aqui.
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