"El ciclo de Xuya" de Aliette de Bodard


A pesar de mis olvidos seniles, gracias a la generosidad de dreamofelvex, que acaba de ser añadido a la lista de enlaces, he podido leer el recopilatorio de historias de Aliette de Bodard que publicó la ya desaparecida editorial fata lbelli

Este inmenso aporte de información, me ha permitido corregir alguna de mis ideas sobre este particular universo, por ejemplo, las mentes de las naves no son en realidad fetos humanos, como había supuesto, sino unos organismos cibernéticos que, por alguna razón, sólo pueden gestarse en el vientre de una mujer, con terribles riesgos para su madres, que pueden quedar lisiadas físico o mentalmente o incluso morir.

También me ha permitido descubrir que su universo no es únicamente oriental. En su cronología, China estableció relaciones diplomáticas con el imperio azteca y la nación Méxica perduró hasta el siglo XX y más allá.

La referencias a la mitología y cultura aztecas (no me atrevo a llamarlas pre-colombinas, pues entiendo que no existía una cultura única) me resultan más atractivas que las de la cultura oriental, quizá por serme todavía más desconocidas y cuajan los primeros relatos. A pesar de ello, creo que la calidad de las historias de Bodard sube enteros cuando sus protagonistas pasan a provenir de culturas de raíz asiáticas.

Aliette de Bodard escribe una ciencia ficción orientada a los personajes en la que el tema principal podría ser el desarraigo: las dificultades para integrarse en una cultura diferente, la incomprensión entre madres e hijas, la polarización entre mantenerse fiel a las propias tradiciones y costumbres o abandonarlas completamente en pos del beneficio personal.

Junto con el trauma de haber vivido una guerra, que nunca abandona a los que han tenido la desgracia de vivir tan terrible experiencia, siempre desde el punto de vista de los civiles. Es fácil, quizá demasiado fácil, ver en la guerra civil de Moc Tinh Hau un trasunto de la guerra de Vietnam con una imagen muy desfavorable de los galácticos\occidentales.

La autora empaqueta sus historias con elegancia y sutileza, prácticamente siempre con una misma estructura, en dos tramas. Alternamos entre el personaje A y el personaje B, entre el presente y el pasado, entre la vida profesional del protagonista y su vida personal. De algún, la segunda trama siempre aporta más información, que ilumina la primera y nos permite comprenderla mejor, hasta que se sincronizan en el final. Creo, honestamente, que ningún relato es malo o aburrido y algunos son magníficos, pero la fidelidad de la autora a la misma arquitectura narrativa acabó resultándome cansina, un problema del que no me habría percatado en un volumen más corto o si hubiera leído los relatos en diferentes antologías o revistas, separadas dichas lecturas por grandes periodos de tiempo.

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