“Naufragio en el mar selenita” de Arthur C.Clarke


A pesar de ser un autor que se reedita con frecuencia, hay tres novelas de Arthur C Clarke que jamás he visto en papel, ni siquiera en las estanterías de una librería de viejo. Son “Islas en el cielo”, “Preludio al” y “Naufragio en el mar selenita”. Sólo gracias a internet he podido encontrarlas. Los escaneos que he encontrado contienen portadas, ajadas portadas, en español, así que no son producto de aficionados, pero por lo que sé, no deben de haberse reeditado en los últimos 35 años. Las otras dos las leí antes de que comenzara mi andadura por este blog, así que permanecerán en el anonimato, inéditas e ignoradas.

En “Naufragio en el mar selenita” Clarke imagina sobre la faz de nuestro satélite natural un mar de polvo, con propiedades muy parecidas a las del mercurio. Un terremoto, producido por un escape de gas del interior del astro manda al fondo de dicho mar a un crucero turístico. A partir de aquí, lo que sigue podría definirse como un thriller catastrofista, con los esforzados intentos de los socorristas por salvar al pasaje de la nave y los de la tripulación y pasajeros por afrontar los diversos problemas (el cincuenta por cierto de los cuales consiste en no morirse de aburrimiento)

Elogio de la profesionalidad y de la ciencia, tan entretenido como breve, la novela es modélica por su corrección y su sentido del ritmo. Tratándose de una obra de Clarke, el rigor científico puede darse por supuesto. Esta vez, sin embargo, está algo restringido por la escasez de información existente sobre la luna en el momento en que fue escrita. Así que tira de imaginación y de sus conocimientos sobre ambientes cerrados, el vacío la presión y ese tipo de cosas. Es de agradecer el modo en que Clarke evita los tópicos de este tipo de historias. Nada de parejas separadas que se reconcilian en el momento de afrontar la muerte, ni de personajes traumatizados que reciben una oportunidad de redención, ni sacrificios tan heroicos como rutinarios.

Cierto que, a cambio de ello, ofrece poco. Una suave ironía para una historia, que, en general es algo sosilla, lo mismo que los personajes, aunque con matizaciones. Los protagonistas son educados, tolerantes, amables y bienintencionados. Puede que no sean un dechado de profundidad psicológica, pero son encantadores. Hasta cuando se ponen de los nervios resulta comprensible y los que sacan de quicio a los demás son, a su modo, entrañables. Si “La compañía blanca” es de las obras que despiertan mi anglofobia, “Naufragio en el mar selenita” despierta mi anglofilia.

En ocasiones, cuando estoy leyendo una novela reciente o famosa, tengo la sensación de que, aunque pueda disfrutarlo, el libro en cuestión no es lo mío. Con esta novela me ha ocurrido lo contrario, puede que no sea gran cosa, pero si que es la mía.

Me he visto muy mediatizado en esta reseña por la aparecida, hace poco en rescepto.wordpress.com, no sólo se encuentra mucho mejor documentada, si no que es difícil añadir algo a lo que en ella se dice. Comparto casi punto por punto todo lo que dice, es especial lo referente a las notas, impretendidamente cómicas, del traductor.


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