"Para aprender, si la suerte nos sonríe" de Becky Chambers


Me encanta que estén llegando novelas cortas, “novellas” o como se diga al lector español, creo que es un formato en el que se han escrito grandes obras de ciencia ficción, pero reseñarlas puede ser un dolor de muelas, porque cuesta mucho escribir un comentario que no las destripe por completo.

En "Para aprender, si la suerte nos sonríe", la exploración de los mundos allende el sistema solar, se está llevando a golpe de “crowfounding” y los astronautas usan “suplementos somáticos” para adaptarse a los mundos que exploran. No entendí muy bien como funcionan, pero modifican sus cuerpos para adaptarse a dichos mundos. La narración sigue las experiencias de una de estas expediciones. Las descripciones de los mundos alienígenas son arrebatadoras y, además, Becky Chambers consigue transmitir la fascinación y el entusiasmo que sus personajes sienten por el trabajo científico, así como su cansancio y estrés, cuando las cosas comienzan a torcerse.

Y no diré mucho más, salvo que sus exploradores tienen que tomar una decisión, ante un dilema que, quizá, abramos visto en otras obras, pero nunca tan bien expuesto. Y que se debate sobre la legitimidad de la experimentación sobre otras especies, en ecosistemas que le son completamente ajenos a la nuestra y que es fácil ver, en las últimas páginas, el cuestionamiento de toda la exploración espacial, cuando existen tantos problemas en nuestro propio planeta. Resulta conmovedor el modo en que Chambers admite su propio sesgo ideológico, probablemente compartido por el 99% de los aficionados a la ciencia ficción o, simplemente, los interesados en la ciencia, y se abre a otras opiniones.

Para alcanzar el número mínimo de páginas que se consideran publicables, el volumen se complementa con dos entrevistas en las que Becky Chambers y una astrobióloga, especialidad que no sabía que ya existía, intercambian los roles de entrevistadora y entrevistada y debaten sobre los límites entre realidad y ficción, la necesidad de distinguirlos y la responsabilidad de los escritores. La astrobiologa en cuestión es la principal asesora científica de Becky Chambers y, curiosamente, también es su madre. No me habría comprado el libro por estos extras, pero no carecen de interés.

Mucho contenido para la reflexión y mucho ante lo que maravillarse, en muy pocas páginas. Debo reconocer que taché mentalmente a Becky Chambers de mi lista de autores a seguir, tras leer “El largo viaje a un planeta iracundo” y me fastidió, porque era una novela simpática y agradable, pero no encontré en ella nada particularmente interesante. Sin embargo, "Para aprender, si la suerte nos sonríe" me ha cautivado.

Comentarios

  1. 13-01-2025 ¡Primera reseña del año!

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  2. Pues yo también tenía a esta autora aparcada después de leer la anodina novela del planeta iracundo, pero por lo que dices me va a interesar echarle un ojo a esta obrita. Bienvenido a 2025, por cierto.

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