"El terror" de Dan Simmons


Novela sorprendentemente larga, que me ha llevado sorprendentemente poco tiempo. El mérito fundamental es de los desplazamientos a larga distancia empleados a acudir a entrevistas de trabajo, la mayoria de las cuales podrían hacerse por teléfono y que además no sirven para encontrar curro.

Para el seguidor que no lo sepa, Dan Simmons es un autor ya veterano, aficionado a documentarse extensamente, y con alergia a las clasificaciones: no soporta que se le considere otra cosa que un escritor, y obviamente no se considera escritor de ciencia ficción, ni de terror, ni de policíaca, aunque sus novelas acaben en la sección de ocultismo.

Stephen King ha dicho de él cosas como "Simmons me estremece" o "Simmons escribe como un angel del infierno. Tengo una gran deuda con él". Bueno, todo bibliófilo sabe ya lo exageradas y simpáticas que son las recomendaciones de Stephen King, y la verdad, que digan que escribes como un violenta motorista tatuado aficionado a las drogas no me parece un gran halago.

Dan Simmons intenta escribir al estilo betsellero-intranscendente habitual, pero es bastante mejor que la media y a veces se sale. Cuando se pone a experimentar y, por motivos narrativos escribe en estilo diferente al acostumbrado, puede llegar a ser increiblemente brillante. Así lo fue en su clásico de la ciencia ficción "Hyperion", en el que cambiaba el estilo y el lenguage para adaptarlo a cada personaje, o en su saga "Ilion-Olympo", en la que los mejores momentos literarios son cuando parodia/homenajea a Homero. De hecho yo desearía que experimentase mas, pero tiene derecho a ganarse la vida.

Una característica que nadie parece resaltar en él, es la meta-literatura, en gran parte de sus novelas se realiza un homenaje a un autor que está presente de algún modo en la trama: Rabindranath Tagore en "La canción de Kali", Mark Twain en "Los fuegos del Eden", Dickens y Wilkie Collins en "La soledad de Dickens", Keats y la ciencia ficción en "Hyperion" y Homero, Shakeaspeare, H. G. Wells y Proust en "Olympo".

No es el caso de esta novela. "El terror" noveliza la expedición en busca del paso del noroeste de Sir John Franklin, una expedición de la que yo no sabía absolutamente nada, pero un vistazo a la wikipedia demuestra que fue un suceso que marcó profundamente a la sociedad de la época, los dos barcos que la componían, el "Erebus" y el "Terror", junto con sus tripulaciones, desaparecieron sin dejar rastro, a pesar de que se consideraba a la expedición muy bien preparada. Se organizaron multitud de expediciones en su búsqueda y eso contribuyó a mitificarla.

Como de costumbre, Simmons ha hecho una labor de documentación portentosa. Aunque no es la fuente de información mas viable, mi vistazo a la "sagrada" wikipedia concluye que ha logrado insertar en la trama cada brizna de información o descubrimiento habido sobre la suerte de los tripulantes. Por desgracia, dicho esfuerzo se nota demasiado. A menudo se nos ofrece información que parece irrelevante, como es el caso de las dificultades de Franklin como gobernador de una colonia penal, que maldita sea lo que aportan al argumento. Además se ha empapado de tal modo de esa divertida jerga marina de la que parecen entusiastas Arturo Perez Reverte y otros, que por ejemplo, una electrizante escena de acción se vuelve incomprensible en medio de tantos flechastes, juanetes, rizas y demás. Mi capacidad espacial una vez mas a vuelto a fallarme, así que aunque casi al comienzo hace una detallada descripción del barco, ante la ausencia de croquis o esquemas, dicha descripción no tardó en difuminarse de mi mente.

De todos modos, hay que reconocer que la mayor parte de la información que se suministra si es relevante para la trama, y resulta muy interesante. Las descripciones del hielo, la noche ártica, las tormentas eléctricas, son escalofriantes.

Para amenizar la novela, se introduce el elemento fantástico de un monstruo que acecha a la expedición. Es la decisión que más criticada ha sido de la novela, aunque no se cuantos se la hubieran comprado sin ella. La verdad es que dá mas miedo el frío y los crujidos del hielo que el propio monstruo. Reíos de las mansiones embrujadas, no creo que haya ambiente mas siniestro y estremecedor que un barco de la marina británica del siglo XIX atrapado en un mar congelado que no para de comprimirlo por todas partes, rodeado de icebergs y seracs y crestas de presión que surgen de improviso, a 50 grados bajo cero, noche eterna, y los crujidos constantes del hielo y la madera, la amenaza cada vez mas palpable del escorbuto....

Tan portentosa es la ambientación que esa es la parte que mas he disfrutado, aunque los personajes no hagan mas que congelarse y desesperarse. Tal vez toda la novela vaya sobre la desesperación. La parte de la huida hacia el sur, por contraste me ha resultado demasiado precipitada, aunque dure sus 300 paginas. Empiezan a caer uno tras otro, aunque siempre ajustándose a los hallazgos encontrados, se deleita de modo harto realista y desagradable con los síntomas del escorbuto, y el final, con episodios de canibalismo y bastante horrible la verdad, dura demasiado poco en comparación. En ese momento empieza un anticlimático ensayo sobre la mitología de los esquimales, que sirve para aclarar todo lo relativo al monstruo y llevar la novela a su final, que aunque demorado había sido anticipado desde bastante antes.

El protagonista principal es Crozier, el capitán del Terror. Aunque no exento de tópicos es el mejor construido, de origen irlandés, menospreciado por la sociedad victoriana y el almirantazgo, resentido, alcohólico, intolerante, como posiblemente fueran todos los oficiales... Es el único en el que parece haber algo de profundidad psicológica, junto con el ayudante de cirujano Goodsir, cuyo pasado no se menciona pero cuya evolución se hace patente a través de su diario (¿Porque utilizará tanto las mayúsculas por cierto?). El resto son mas tópicos, se les presenta una breve nota biográfica y pasamos a otra cosa, aunque no carecen de humanidad.

Literariamente no estamos ante lo mejor ni lo peor que ha hecho Simmons. Los capítulos de Crozier están escritos en presente, mientras que los de los demás personajes están en el tradicional pretérito. Esto los hace mas evocadores, mas inmediatos, que supongo que es el efecto pretendido. La desesperación y el horror de la situación están muy logrados, resultando una novela no completamente redonda, pero casi, y sus problemas son mas de estructura que de fachada, no me convencen algunas de tramas argumentales (El homenaje a "La mascara de la muerte roja", me resulta poco creíble, la videncia de Crozier introducida para explicar las expediciones de rescate, fundamentalmente, aparece demasiado bruscamente, y yo al menos no tengo ni idea de quienes son los personajes con los que sueña, ni porque eran tan importantes las niñas aficionadas al espiritismo), ni por supuesto el larguísimo epílogo final, que en mi opinión, empieza mucho antes de que aparezca la palabra "Epílogo".

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