"Razas del futuro" de A. E. Van Vogt
Llevo un cierto tiempo dedicándome a hacer arqueología con las obras de Van Vogt y no sé si habrá llegado el momento de dejarlo o no, pues ya empiezo a percibir un cierto cansancio.
Leí por Internet hace un par de meses una reseña de la obra que nos ocupa "Razas del futuro" , que luego vi reproducida por otras páginas, centrada en sus posibles similitudes con "BattleStar Galactica". Bueno, como fan acérrimo posteriormente desilusionado y desencantado, debo decir que el pobre de A. E. Van Vogt no tuvo la culpa.
Para empezar todo el tema de los robots es confuso, puesto que los denominados robots Dellian son completamente orgánicos, además son fuertes, saludables y guapos, aunque poco creativos. En la incompleta explicación que se dán de sus orígenes no queda claro que sean una creación del hombre o no, al aparecer fueron creados por accidente con un prototipo de teletransportador, que producía cambios fisiológicos. Esta novela es muy anterior a Star Trek, por cierto, y mucha gente piensa que su autor fue una influencia clara para Gene Roddenberry. Yo no acabo de tenerlo claro, pienso que podría tratarse un caso de evolución convergente de ideas no tan originales,
En fin, Van Vogt es consciente que una máquina que es capaz de desintegrar cualquier objeto para luego reintegrarlo aparentemente de la nada, también debería ser capaz de montarlo sin necesidad de desintegrar nada. De hecho a lo largo de la historia lo hacen un par de veces, incluso son capaces de ¡!!RESUCITAR A LOS MUERTOS!!!! Aunque sólo si ha pasado poco tiempo desde el deceso. ¿?. Todo esto hace que no quede claro si los supuestos robots son seres humanos creados de la nada o seres humanos alterados por su paso a través del prototipo de transportador. Sean lo que fueren, la típica xenofobía humana les llevó a empuñar las antorchas y las horcas para exterminarlos.
La historia empieza cuando, mucho tiempo después, una nave exploradora de la tierra encuentra evidencias de una civilización robótica en un remoto rincón de otr.a galaxia. Este comienzo por cierto, es uno de los relatos incluidos en el tercer volumen de la antología "Imperios Galácticos", de Brian W. Aldiss. Y por cierto, ya se marca allí una primera incoherencia, el primer robot que encuentran es resucitado al recrear toda la materia inorgánica de la estación en que estaba (clara pista para que el lector avezado luego comprenda que es un robot), …..!!pero después resulta que los robots son de materia orgánica!!
La nave empieza a rastrear esta civilización para unirla a la terráquea, cosa que no les hace ninguna gracia a los interesados, que ya estuvieron a punto de ser exterminados. Los robots son de dos tipos, los Dellian y los no-Dellian. Los descendientes de matrimonios mixtos pueden controlar la mente de cualquiera de los otros y hace poco intentaron apoderarse del poder. El protagonista es el líder de estos hombres mixtos (optaron por liderato hereditario, para evitar guerras internas ¿?), que fue criado por el ejército, y tendrá que lidiar con los intentos de destruir la nave de la tierra, para evitar una guerra que los Dellian no podrían ganar, con la facción de hombres mixtos que trata de aprovechar la situación para hacerse con el poder, con la capitana de la nave de la Tierra y con la inevitable historia de amor, bastante curiosa por cuanto implica varios condicionamientos psicológicos.
La situación de partida es interesante, el relato avanza muy rápido y es ameno, y es menos confuso y delirante que otros (estoy pensando en "La Bestia"). Van Vogt hace un hábil truco de ilusionismo a cargo de la etnia no Dellian. Uno se imagina que son lo que son, luego, a fuerza de oír como les llaman robot una y otra vez, acaba imaginándose otra cosa, aunque se queda extrañado de que no lo expliquen, y luego, cuando por fin descubres lo que son, que era lo que creías en un principio, no puedes evitar sorprenderte de lo bien que encaja y de que, después de todo, tenia sentido.
La ciencia es ridícula, absurda y contradictoria. El estilo es sencillo y sin alardes, no carece de cierto atractivo, aunque la traducción resulta arcaica y fundamentalmente infecta. La novela es corta y se lee en un suspiro, lo que hla hace muy simpática. Resumiendo, una novela de aventuras intrascendente, agradable, a pesar de sus carencias, pero no especialmente memorable.
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