“La vieja guardia” de John Scalzi


En el futuro de la novela, la raza humana se encuentra en plena fiebre colonizadora de otros mundos, sin embargo los requisitos para colonizar son muy estrictos, sólo están permitidos a los ciudadanos de países derrotados en un conflicto reciente, sin embargo se ofrece a las personas mayores de Estados Unidos la posibilidad de alistarse en las fuerzas de defensa colonial, alentados por el secreto a voces de que debe de existir algún método de rejuvenecimiento, pues no tendría sentido formar un ejército exclusivamente con ancianos.

La novela sigue a uno de estos ancianos durante su reclutamiento, rejuvenecimiento, entrenamiento y varias batallas.

La idea principal es simpática, la novela se lee con agrado y ha dado lugar a una serie bastante extensa, con cinco entregas ya publicadas en España.

El principal problema de “La vieja guardia” es que casi carece de argumento. Al protagonista, John Perry, le ocurre lo mínimo indispensable para desarrollar la idea principal. El foco no está puesto en contar sus peripecias, sino en describir como se cambia de cuerpo a los ancianos, las habilidades de sus nuevos cuerpos artificiales, un poco de los alienígenas a los que se enfrentan y ya está.

Convertir el argumento en una excusa para desarrollar una idea o describir un escenario es algo común en la literatura fantástica, sobre todo en la ciencia ficción, pero, cuando se hace bien, la historia que se cuenta resulta tan atractivo como el escenario que se está describiendo. O se consigue, al menos, que no te des cuenta de la completa falta de interés de lo que te están contando. No es el caso de “La vieja guardia”.

Los personajes tampoco son nada del otro mundo. El principal rasgo de la personalidad de John Perry, es que hace comentarios irónicos o chistes. En la nave en la que parte de la Tierra se hace amigo de otros reclutas que se caracterizan por … nada que yo recuerde. Cada vez que uno abría la boca tenía que buscar la página en la que lo presentaron, porque no había modo de recordarlos. Eso quita bastante dramatismo a sus muertes.

Tampoco se puede decir que la novela tenga mucha emoción. Hay pocas batallas y, las que hay, están contadas con poca habilidad.

La imagen global del libro es bastante mediocre. Resulta sorprendente que fuera el embrión de una larga saga y hace que me resulte imposible comprender los comentarios, habitualmente elogiosos, que he encontrado por internet. Me temo que son fruto de gente a que la premisa le resultó tan atrayente que le perdonaron a la novela el resto de sus pecados. Y eso es, fundamentalmente, este libro: la exposición de una premisa.

Dicho esto, he leído cosas bastante peores. “La vieja guardia” es una novela bastante amena, con algunas ideas curiosas, aunque no demasiado originales y con un sentido del humor que la hace fácil de digerir, aunque, como siempre, muy exagerado por sus fans. No me reí en ningún momento de su lectura y, sinceramente, no creo que nadie se ria con ella, aunque es verdad que, en una única ocasión, la novela casi lo consigue conmigo. Pero si que me hizo sonreír a menudo.

No condeno a la saga ni a su autor al olvido, pero espero que mejore bastante en las siguiente entregas. 

Comentarios

  1. Pues sí. Buenas y originales ideas en una novela que no deja ningún poso. Ahora, que si esperas reírte con Scalzi, ni te acerques a Red Shirts.

    ResponderEliminar
  2. Que jarro de agua fría. Si esperaba reírme con alguna obra suya era "Red shirts" que es la que parece tener un argumento más cómico. Bueno, esa y el "Agente de las estrellas". Parece que "Red shirts" engaña.

    ResponderEliminar
  3. Igual soy muy duro, peo es que me pareció un chiste flojillo alargaaado aburridamente. O eso o soy un sosainas

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

“El fin de la muerte” de Cixin Liu

"Mark" de Robin Wood y Ricardo Villagrán

“La era del diamante: manual ilustrado para jovencitas” de Neal Stephenson