“Las naves del tiempo” de Stephen Baxter


En 1995, cuando se cumplían 100 años de la publicación de “La máquina del tiempo” de H.G. Wells, Stephen Baxter publicó esta continuación. Se trata de su primera novela en solitario que reseño en este blog (como mucho, habrá tres mas). Han pasado casi veinticinco años desde su publicación. No sé hasta que punto será factible hablar de spoilers, a estas alturas, pero Miquel Barceló desvela algo menos de la mitad del libro, en su introducción. Yo intentaré ser más precavido. Sólo diré que la novela sigue al viajero del tiempo en ese segundo viaje, del que nunca regresó, con el que terminaba la novela original.

(¡Oh, no! ¡Acabo de desvelar su final!)

El viajero descubrirá que las cosas no son exactamente como las recordaba en el futuro. La maquina del tiempo resultará ser también una máquina de generar líneas temporales alternativa. Y hasta aquí puedo decir.

Stephen Baxter adapta su lenguaje al estilo en el que estaba escrita la novela original y lo mismo hace el traductor, Pedro Jorge Romero. A pesar de lo respetuoso que suena, la idea no me seduce. Imitar estilo de un escritor, suele consistir en imitar sus tics, es decir, en exagerar sus defectos. Afortunadamente, autor o traductor andaron comedidos y ese no es el caso, aunque el uso de los signos de admiración por el narrador a veces me resultó irritante.

Para bien o para mal, Baxter no tarda en apoderarse de la novela y darle su propia personalidad. El lector que esperase un mero regreso al universo de los Eloi y los Morlocks se llevará una decepción. En lugar de ello, Baxter lo lleva hasta el infinito y más allá. La novela rebosa de ideas y temáticas, capaces de complacer a los aficionados a la ciencia ficción más variados. Si a usted le gustan las historias de objetos grandes, en “Las naves del tiempo” aparecen objetos grandes, pero grandes, GRANDES. Si es fan de las ucronías, se encontrará con una muy desarrollada y creíble. También se encontrará con algo que se parece mucho a una utopía. Si lo que le priva es el vértigo cósmico y las especulaciones sobre el final, o el comienzo del universo, también encontrará eso aquí y un proyecto de descomunal ambición, llevado a cabo por los herederos de la raza humana. Por unos de los posibles, porque hay aparecen como cerca de tres posibles especies/entidades candidatos a ser los sucesores de la especie humana. Y, por supuesto, si lo que le gustan son las historias de viajes en el tiempo, aquí encontrará bucles causales y paradojas.

En el debe, los problemas habituales de Baxter, patentes en colaboración o en solitario. Sus personajes son superficiales o esquemáticos y su prosa es funcional. Me ha parecido que esos defectos son mucho menos evidentes que en sus colaboraciones con Clarke, quizá por que estuviera más inspirado, o quizás porque la traducción sea mejor. Tampoco me ha interesado demasiado la inclusión de una trama a lo "Robinson Crusoe". También son típicas, pero a mi me aburren. Estos defectos no han sido un obstáculo para que disfrutara de la lectura.

Se me acaban los adjetivos. Una novela ambiciosa e imaginativa, que, a pesar del casi cuarto de siglo transcurrido desde su publicación, mantiene prácticamente intacta su capacidad de entretener, fascinar y maravillar. Quien sabe si aguantará el siglo tan bien como la de H.G. Wells.

Aún así, hay una cosita que no me ha gustado...

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

“El fin de la muerte” de Cixin Liu

"Mark" de Robin Wood y Ricardo Villagrán

“La era del diamante: manual ilustrado para jovencitas” de Neal Stephenson