“Imperio / Crónicas del multiverso” de Víctor Conde



Continuación de “Crónicas del multiverso” en la que el monje guerrero Jan Delvián y la capitana independiente Lina Kolbrand vuelven a cruzar sus destinos.

Tras una serie de lecturas mayormente insatisfactorias, “Imperio” ha resultado ser justo el libro que necesitaba leer y que ha reanimado mi entusiasmo. Los lectores que se aventuren por sus páginas encontrarán las escenas de acción más espectaculares, los escenarios más asombrosos y conceptos a cual más asombroso y desquiciado, muchos de los cuales darían para relatos o para sus propias novelas. Esos lectores asistirán a enfrentamientos con monstruos que se guían por radar o telepatía, a violentas carreras de exoesqueletos robóticos, a batallas espaciales (muchas batallas espaciales), duelos con espadas y rituales esotéricos, que transcurren en las ruinas de ciudades alienígenas, en megalópolis verticales, en ciudades equilibradas sobre un eje, como los dos platos de una balanza, o colgadas de acantilados, en edificios que se sostienen en el aire, sin cimientos, planetas eternamente cubiertos por brumas y nieblas de las que sobresalen gigantescas estatuas, en las cimas de sus montañas y el interior de enanas rojas y agujeros negros. Escenarios en los que confluyen inteligencias inorgánicas que se moldean a si mismas, obsesionadas con la locura, intervencionismo temporal, materializaciones físicas de elementos de realidad virtual, ecosistemas basados en la luz y la energía, el despertar de un Dios y alambicadas teorías sobre la evolución y el destino del universo.

Esta novela es un derroche de creatividad, una inyección en vena de sentido de maravilla en estado puro. Me he entusiasmado mucho con este libro, que quede bien claro, por si alguno de los párrafos posteriores crean alguna duda sobre ello.

Y es que uno se va volviendo un cascarrabias y noto que últimamente, en mis reseñas, me concentró más en lo que no me ha gustado de un libro que en lo que sí, lo que puede dar lugar a confusión sobre mi auténtica opinión.

Habiendo dejado claro ese punto, vayamos con lo que no me ha gustado.

Para empezar, este libro es muy dependiente de “Crónicas del multiverso”, la novela con la que Víctor Conde ganó el premio Minotauro, en una época en la que su prestigio todavía no era una broma entre los aficionados a la literatura fantástica. También tiene múltiples referencias a “El tercer nombre del emperador”. Puede seguirse sin haber leído esta última, pero no tiene mucho sentido leerla si no has leído “Crónicas del multiverso”.

Hacia el final, Víctor Conde toma una decisión muy arriesgada. El clímax de la novela, la batalla final o como queramos llamarlo, se presenta como la rememoración de un espectador, narrada desde el futuro, en tono de gesta heroica. Víctor Conde ha empleado mucho esfuerzo en bucear en los arquetipos de la mitología heroica que se remontan a Homero. El fruto principal de ese trabajo es su novela “La Orfíada”. Tengo la sensación de que, inconsciente o conscientemente, esa investigación se ha filtrado en la presente. Jan Delvián llega a reconocerse a sí mismo como heredero de una larga tradición de héroes legendarios. El autor está en su derecho a hacer lo que quiera y el capítulo está bien escrito, pero el cambio de perspectiva y de lenguaje a mí me ha resultado negativo, distanciándome de lo relatado en el momento más inadecuado posible.

Para remate, el último de los epílogos… A ver, es un epílogo, o sea, algo que aparece cuando ya ha concluido lo principal. Pero aparece después de varios epílogos más relacionados con la trama. O sea que uno ya está un poco cansado: la novela está terminada y requeterminada y se empeña en continuar y continua con un … yo que sé. Fui incapaz de seguir prestando atención a esas divagaciones sobre el final del universo. El recuerdo de “La redención del tiempo” todavía está fresco en mi memoria, el final de “Imperio” parece más meditado que aquel cúmulo de insensateces, me gustaría volver a leerlo, pero la verdad es que, mientras lo leía, lo pasé por encima, consciente de que ya no afectaría para nada a los protagonistas. Además, creo que para entenderlo del todo hay que leer la cronología que viene al final.

Lamento decir que eso ocurre en algún otro momento. La descripción final del ecosistema de la enana roja, por ejemplo. Es un ecosistema muy imaginativo, el autor se lo ha currado, pero su relación con los personajes es tan tangencial, que no sentí el menor interés por ella. Creo que sólo se describe para encajar con ese epílogo y esa cronología que tan poco me interesaron. El autor tiene tantas ideas que contar, que algunas las mete con calzador y no consigue hacerlas interesantes. Ni comprensibles.

El uso que Víctor Conde hace de las diferentes subtramas no termina de convencerme. Introduce a un personaje nuevo justo antes de comenzar el último tramo, (bueno, en realidad lo recupera de “Crónicas del multiverso”) Como odio que me hagan eso y que error más grande de planificación me parece. Mientras el resto de los personajes están envueltos en una crisis intergaláctica de colosales dimensiones, la parte del libro dedicada a Lina Kolbrand no parece tener nada que ver con el resto, hasta que es discretamente apartada en el rincón más remoto del argumento, en espera de su espectacular reaparición final. Pero mucho más grave me parece lo del personaje de Altea. Diré lo menos posible por el tema de los spoilers, pero es un personaje, en principio, muy importante en la novela. Un buen número de páginas se dedican a su relación con Jan y sus peripecias juntos. La escena de su primer duelo de ¿entrenamiento? es magistral. Sin embargo, llegados al final, consigno con sorpresa que su relevancia es completamente nula. Nada de lo que hace o dice resulta de importancia ni tiene consecuencias. Al final, la novela habría sido casi la misma si no hubiera aparecido. ¿Qué pinta en ella entonces?

Por último, el texto está salpicado de notas a pie de página. Esas notas a pie de página, no es que puedan ser perfectamente ignoradas, sin que por ello peligre la inteligibilidad de la historia si no que DEBEN SER IGNORADAS. Su único fin parece ser interrumpir la lectura, porque no aportan información relevante, útil o interesante. Si no lo he soñado, recuerdo haber leído a Rodolfo Martínez quejándose de la costumbre de Jack Vance de incluir notas a pie de página en sus obras, diciendo que jamás se debe de interrumpir de ese modo la narración y que si la información que aparece en las notas es importante, el autor tiene que buscarse la vida para incluirla en lo narrado, sin forzar esas interrupciones. Jack Vance al menos decía cosas curiosas. No sé que puede haber movido a Víctor Conde a incluirlas. Hasta donde me alcanzan mis lecturas, son las peores notas a pie de página que jamás un autor haya incluido en su propia novela.

Vaya, parece que mi yo cascarrabias y egocéntrico ha vuelto a tomar el control y he dedicado casi más tiempo a lo que no me ha gustado que a lo que sí. Bueno, concluiré que no es una obra adecuada para todos los paladares, pero si que es muy emocionante y adictiva. Ratifico mis palabras: un derroche de creatividad, una inyección en vena de sentido de maravilla en estado puro.

Comentarios

  1. Esa ratificación en negrita me ha recordado mis sensaciones con la lectura de "Herederos del tiempo". Ya tardas!

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  2. Hola, Alberto. La verdad es que salió de casualidad, cosas que pasan al copiar un texto de una aplicación a otra. Lo dejé así porque me gustó como quedaba.

    Tengo previsto empezar la lectura de "Herederos del tiempo" en una semana o así.

    Y por cierto, una novela a la que di un trato injusto a fuerza de volcarme en lo que no me gustaba fue "Retorno de de las estrellas" de Stanislaw Lem, cuya reseña me quedó muy negativa, a pesar de lo mucho que me había gustado.

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  3. Hola Pepe, soy Víctor, el autor de la novela. Nada, solo decirte que me ha gustado tu crítica y que gracias por leértela. Un abrazo. Hay, por cierto, dos novelas más inéditas del Metaverso que están esperando en la cola a ver si se publican en Bibliopolis.

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    1. Es un honor tenerte por aquí, ¿Victor? ¿Alfredo? Admiro mucho tu creatividad y profesionalidad. ¿Sigue existiendo Bibliopolis? ¿No se había reconvertido en Alamut? ¿Tengopermiso para reproducir tus palabras en un futuro post? Algod el estilo ¡ATENCIÓN! ¡ESTALLÓ LA BOMBA INFORMATIVA! Víctor Conde afirma tener dos novelas inéditas del Metaverso...

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  4. Sí, es Alamut, pero todavía se las está leyendo el editor. Espero que le gusten XD

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  5. Y por supuesto que puedes, te lo agradezco.

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  6. Ojala q lo veamos. Victor es un genio, con un talento y una creatividas apabullantes para la space opera. Larga vida a Victor Conde el Grande y al Esquizoverso ( para mi, la expresion que mejor define la fisica de sus universos solapados).

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