“La quema de Cíbola” de James S.A. Corey


Nuevo ejemplar de la saga “The expanse”, universo realmente expandido desde el volumen anterior. AVISO: este post estará plagado de spoilers de las anteriores entregas de la saga y puede que de alguno de esta.

El punto de partida de “La quema de Cíbola” es realmente atractivo. Una empresa adquiere los derechos de exploración-explotación de uno de los innumerables planetas que quedaron accesibles a la humanidad después de “La puerta de Abadón”. Cuando su primera expedición científica llega allí, se encuentra con que ya existe un asentamiento ilegal, formado por refugiados de las guerras y catástrofes que han asolado el sistema solar en las anteriores entregas de la saga. No tardan en producirse conflictos entre las dos comunidades y muertes. James Holden y la tripulación de la Rocinante son enviados como mediadores.

De modo que tenemos a los protagonistas sentados en medio de un auténtico polvorín, entre dos bandos deseosos de usar la violencia, en un planeta que no acaban de entender, cuya biología puede guardarles alguna sorpresa desagradable y que tal vez no esté tan abandonado como parece.
Como ya digo, una situación muy interesante, que dará pie a conflictos éticos, reflexiones sobre la habitabilidad y la investigación de entornos alienígenas y la mezcla de biologías y un poquito de física y mecánica orbital para principiantes (muy poquito, todo hay que decirlo) . De este modo, los talibanes del género, entre los que me incluyo, encontrarán suficiente sustento como para no considerarla una lectura inútil, mientras que el resto del público disfrutarán con la acción, el peligro y el suspense. A estas alturas de la saga, ya es evidente que el objetivo de los autores es que sus lectores pasen un rato emocionante, más que entregarse a sesudas especulaciones, aunque no las eviten. Ese objetivo principal lo cumplen estupendamente en “La quema de Cíbola”. Incluso diría que lo hacen mucho mejor que en entregas anteriores.

El sentido del ritmo es apabullante, los desastres se suceden uno detrás de otro y una situación ya bastante comprometida desde el comienzo se va tornando cada vez más desesperada. Por el contrario, el desarrollo de los personajes me ha decepcionado un poco. No espero gran profundidad psicológica en estas novelas, la tripulación de la Rocinante, Amos incluido, es un puñado de chicos buenos que siempre hacen lo correcto, pase lo que pase. Los intentos anteriores de dar más profundidad a Holden rondaban lo patético. Pero, aunque tópicos, los personajes secundarios creados, en principio, para una sola novela, solían ser bastante más interesantes. En ésta, el malo que es malo porque es malo y llega a oponerse a los intentos de salvar a todos los personajes, él incluido, por motivos tan inconsistentes que no hay quien se lo crea. Y de la groupie de Holden no hablemos.

También podría quejarme de que los autores evitan desarrollar ideas muy interesantes que ellos mismos han planteado, que algunas soluciones se ven venir, que el final es un deux ex machine, que no se avanza en el misterio de la desaparición de los creadores de la proto-molécula y de lo superfluo del prólogo y el epílogo, protagonizados por un personaje que no aporta nada a la historia, en lo que supongo que se trata de un anuncio del próximo volumen.

Sería en vano y no empañaría el hecho de que “La quema de Cíbola” es lo que sus autores pretendían que fuera, una historia de ciencia ficción de aventuras, en la que la aventura prima sobre la ciencia ficción pero no la eclipsa, destinada a lectores adultos que buscan una diversión inteligente, pero no demasiado trascendente. 

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