"Las costas del azar y otras aventuras históricas" de H. Bedford-Jones

“Los libros de Barsoon” continúan en su empeño por recuperar autores que en su día gozaron de gran popularidad, pero hoy han caído en el olvido. La contraportada se refiere a Bedford-Jones como “heredero indiscutible de Alejandro Dumas y Rafael Sabatini en la era de los pulps”. Los relatos históricos aquí contenidos son, en su mayoría, aventuras relacionadas con el mar, retratando un momento, real o ficticio, que resultó crucial para la Historia, que pudo haber sido trastocada por una decisión distinta de sus protagonistas, habitualmente guerreros honorables que abandonan sus empresas por una mujer … o que por una mujer persisten en ellas. En ese sentido, me recuerdan las películas de capa y espada de serie B del Holywood de los años cincuenta.

(Por algún misterio sólo al alcance de iniciados franc-masónicos, estos héroes siempre acaban recibiendo una herida en el muslo, no me pregunten porqué.)

Son relatos que atrapan con facilidad, directos y entretenidos, pero también plagados de lugares comunes y personajes estereotipados. Quizá su mayor virtud sea que se acaban antes de que el lector sea consciente de sus flaquezas. Abundan las batallas y su presencia, precisamente, es una de dichas flaquezas, porque me temo que la literatura comercial ha avanzado mucho desde los tiempos de Bedford-Jones y cualquier escritor moderno con un poco de oficio, que jamás pisó un campo de batalla pero tenga una buena biblioteca, es capaz de dotar de mayor épica y emoción a los escenarios bélicos de lo que logra Bedord-Jones, que, por contraste, resultan rutinarios e insulsos. En general, se echa en falta un toque personal, algún golpe de ingenio o estilo que convierta la lectura en algo memorable.

Siendo francos, es un libro muy olvidable, pero no es malo. Desfasado, quizá. Me temo que los lectores que más lo disfrutarán, tendrán bastantes años y lo harán, más que por sus propios méritos, porque les recordará otras lecturas de su infancia, más memorables. Pero, como dice la introducción por algún lado, devuelve lo que promete.