"Espacio deshabitado" de Jerry Oltion



La premisa de esta novela es cuanto menos llamativa. En un futuro muy cercano, Neil Armstrong muere. A la mañana siguiente un cohete fantasma del Saturno V despega desde Cabo Cañaveral. Sacude la tierra como si fuera real, envía telemetría y se detiene en el punto en que un humano tendría que tomar el control. El fenómeno se repite mes a mes. Desesperada la NASA decide que un hombre se suba a bordo, Rick Spencer, el protagonista de la novela, para que guíe el cohete hasta acoplarlo a la estación espacial internacional y así librarse de ese engorro. Rick sin embargo confabula con un par de chicas astronautas que estaban allí, una de ellas Tessa McCain es un novia, y deciden que , tal como está el programa espacial, no pueden desperdiciar la que tal vez sea su única oportunidad de ir a la Luna, y allí que van en el cohete fantasma.

Sorprende como la realidad supera a la ficción. Quiero decir, esta novela es del 2000 y los astronautas protagonistas ya están desilusionados ante la decadencia del programa espacial, y esperan resignados pasarse la vida poniendo satélites en órbita con el par de transbordadores que tienen. Y ahora ya no tienen ni eso. La situación actual es mucho peor que la que aparece en la obra.

En fin. El problema es que esa premisa inicial tan atractiva se acaba cuando no llevamos ni un cuarto de la novela, que es la ampliación de una novela corta, que a su vez ampliaba un relato. Y se nota. Porque a partir de ahí la novela empieza a dar bandazos. Los protagonistas van afrontando los diversos problemas a los que se enfrentan al volver, a un mundo que ha descubierto que existen los milagros y que la subjetividad puede imponerse sobre la realidad. De una situación difícil pasan a otra, y a otra, hasta que al final se acaba, porque en algún momento hay que poner el punto final, que si no podrían haber seguido ocurriéndoles cosas.

Los personajes principales, si queremos llamarles así…… Rick se supone que es un friki de la carrera espacial, que lo sabe todo sobre los cohetes y la exploración del espacio. Eso nos cuentan, porque el autor nunca nos lo demuestra, así que tenemos que creer en su palabra. Eso es todo lo que sabemos de su vida o su personalidad.

Tessa es una de esas chicas, guapas, inteligentes, con buen corazón, simpatía, sentido del humor, que comparte los mismos intereses que su pareja, con cuya madre congenia enseguida, que tan abundantes son en la ficción y tan inexistentes en la vida real.

El estilo es bastante ramplón, literariamente como que la novela tiene entre poco y ningún interés.

Dicho esto, tampoco puedo decir que me arrepienta de haberla leído, innegablemente es simpática, y resulta una lectura agradable y entretenida. Las cosas suceden tan deprisa, y suceden tantas, que no tienes tiempo de aburrirte. Los golpes de efecto y el sentido del humor hacen que te olvides de sus posibles carencias literarias, y no carece de ideas y reflexiones interesantes, como la revisión de la ciencia que impone la nueva situación, algunas divagaciones filosóficas finales, y una cierta ética de la democracia. Aunque no me parece que haya llevado al límite ninguna de ellas.

Resumiendo, un pasa ratos entretenido, mucho mejor que cualquier cosa que haya leído de Robert Sawyer, por ejemplo.

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