"La ciudad y la ciudad" de China Miéville


La reciente publicación de "La ciudad y la ciudad", me hice postergar una vez mas la lectura de "La estación de la calle Perdido", para sumergirme en su lectura. No puedo decir que lo lamente, puesto que la he disfrutado mucho.

"La ciudad y la ciudad" es una historia policíaca que transcurre en dos ciudades estado Beszel y Ul Qoma, de algún remoto lugar de Europa del este,(Turquía parece estar bastante cerca por ejemplo). La peculiaridad que tienen estas ciudades es que las dos comparten el mismo espacio, son de hecho una sola ciudad, en la que algunas zonas pertenecen a Beszel, otras a Ul Qoma, algunas no se sabe donde están, y un montón, parece que la mayoría, a las dos, de modo que en una misma calle pueden alternar edificios de una y otra, y cada ciudad tiene su propio gobierno, su propia policía, su propio idioma. Los ciudadanos de cada una caminan por sus calles ignorando deliberadamente a los otros, como si fuesen fantasmas de otro plano de realidad, gracias a un adiestramiento en percibir los matices de comportamiento, aspecto y vestimenta que les inculcan desde pequeños.

¿Absurdo? Por supuesto que si, pero China Miéville consigue hacerlo creíble, gracias a un titánico trabajo de reflexión sobre todas las consecuencias e implicaciones de la idea. Así se embarca en lo que mas le gusta, al menos por lo que llevo leído, la recreación novelística de ciudades imaginarias. Reconstruye un espacio urbano con un grado de detalle y una habilidad pasmosas, que hace que uno casi crea estar paseando por su/s ciudad/es. No existe ningún elemento aparentemente fantástico o sobrenatural, este estado de las cosas se mantiene porque sus habitantes lo mantienen, o mas probablemente, lo fingen, porque realmente la separación no es real, y los extranjeros no la perciben. Y a pesar de ello tiene más "sentido de maravilla" que cualquier dragonada o la mayor parte de la ciencia ficción que haya leído este año, que ya es decir.

Aunque la novela consiste principalmente, en la descripción de la ciudad, de su solapamiento y de su intersticialidad, solo se hace farragosa un par de veces, para ello recurre a los tópicos de la serie negra. La narración transcurre al hilo de la investigación que realiza Tyador Borlú, algo morosa al principio, pero siempre entretenida, muy adictiva en los momentos cumbres y en toda la parte final.

La escritura en primera persona impone un estilo sencillo y carente de sofisticación, necesario para ser fiel a la personalidad del narrador, como expone el autor en la entrevista que cierra el volumen, lo que elimina los fuegos de artificio estilísticos de otras obras suyas, una decisión que dependiendo del lector gustará mas o menos, pero que es adecuada a la historia.

La investigación, por desgracia, deja poco tiempo para la introspección, al acabar el libro sabemos casi tan poco sobre Tyador Borlú como cuando empezamos, ni su vida ni sus puntos de vista, su personalidad responde al arquetipo de "policía honrado", e incluso llega a hacer el discursito de "!somos policías! !olvidemos nuestras diferencias!", tan típico de las buddy movies. Todos los personajes resultan bastante esquemáticos y tópicos, en la mayor parte de los casos es una necesidad de la historia, pero a veces se echaría en falta una mayor profundidad. Eso no quita que sea una gran novela fantástica y se merezca todos los premios que ha cosechado.

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