“La voz del amo” de Stanislaw Lem


Prosigue mi relación de amor odio con el escritor polaco. “La voz del amo”, anteriormente conocida como “La voz de su amo” recoge las memorias de uno de los científicos que participaron en la investigación de una transmisión de origen extraterrestre. “La voz del amo” se ha reeditado múltiples veces, ha sido ya reseñada innumerables veces por internet. Se ha glosado la crítica que hace del estamento científico, su carácter visionario, su profundidad filosófica, especulativa, científica, etc, etc. Pero ninguna de las múltiples críticas que he consultado hacen referencia a su principal característica: “La voz del amo” es aburrida. Muy aburrida.

Por decirlo con rudeza, un auténtico peñazo.

Aconsejo a los completistas de Lem que no puedan resistirse a intentar abordarla, que se salten el prefacio y los dos primeros capítulos. Consisten en el narrador divagando sobre los temas mas peregrinos y no tienen nada que ver con el resto del libro. Para colmo de males, están escritos de un modo pomposo y pedante. Quizá Lem lo eligió conscientemente, pensando que así se expresaría un asno pretencioso como su personaje. Felicidades, señor Lem, consiguió usted ser todavía mas tedioso que su personaje.

Con la lectura reciente, me parece que el prefacio y esos dos capítulos son lo peor que he leído en mi vida. Supongo que el tiempo, que todo lo calma, los pondrá en su lugar.

También debo advertir a los futuros lectores sobre la contraportada de la edición de Impedimenta. En ella se engaña al lector, dando a entender que toda la novela gira alrededor de un conflicto ético y ominoso, que es, en realidad, el único momento en que parece que va a ocurrir algo. Tiene lugar bien adentrada en la novela, es decir, casi al final y dura muy poco tiempo, aunque da forma al único par de capítulos legibles.

En cuanto a la profundidad de “La voz del amo” … No digo que no la tenga. Stanislaw Lem era un tipo muy profundo capaz de reflexiones de alto alcance y de hacer reflexionar a sus lectores. Sin embargo, permítanme una cita:

La comunicación es el envío de información entre un emisor y un receptor, a través de un canal, utilizando un código (sistema de signos que se utilizan para la producción del mensaje). La comunicación hace referencia a un contexto: las circunstancias de tiempo y lugar en las que se desarrolla el proceso, que es asumido como conocido, tanto por el emisor como el receptor.

Si suena poco exacto o preciso, es culpa mía, porque proviene de mis apuntes de primero de BUP. Pueden repetirla si quieren.

Los científicos protagonistas de “La voz del amo” han interceptado una comunicación, pero desconocen el código en el que está transcrita y el contexto al que hace referencia. Como consecuencia, son incapaces de descifrarla.

El sesenta por ciento de “La voz del amo” consiste en reiteraciones de las dos frases anteriores, expresadas de modo mucho mas rebuscado, con muchos rodeos, ejemplos, imágenes y metáforas. La crítica al estamento científico, que se alaba en algunas reseñas, existe, y es cierto que en esta obra se dan algunos buenos puntapiés a las relaciones entre la ciencia y los gobiernos, pero es una parte totalmente secundaria de la novela, que ocupa una mínima parte de su espesor: no va mas allá de la presentación de los personajes. El grueso consiste en Lem repitiendo cien mil veces lo mismo

Mención aparte merece el pasaje en el que, sin venir a cuento, Lem se pone a criticar las novelas de ciencia ficción. Pues si, la mayoría son poco originales, como la mayoría de toda la literatura que se produce. No puedo evitar ponerme conspirativo. ¿Estará Lem diciendo: “La ciencia ficción es un basura. No es lo que escribo, yo escribo literatura destinada a volar por los aires el cerebro del que lo lea”? Eso explicaría el motivo de tanta reseña elogiosa: el que la lea tiene que proclamar a los cuatro vientos lo mucho que le ha gustado, porque si no, significaría que pertenece a la misma plebe hacia la que Stanislaw Lem dirigió sus vituperios y él es distinto: ¡LEE A STANISLAW LEM!

Sinceramente, no doy mucho peso a mi propia teoría. Es bien sabido que Lem tenía tan mala opinión de su propia producción de ciencia ficción como de la ajena.

Llegados a este punto, creo que mi opinión, totalmente subjetiva, ha quedado bastante clara. ¿Hay algo que salvaría de la quema en este libro? El escenario, totalmente desaprovechado, en que transcurre, un antiguo centro de pruebas nucleares, me parece fascinante y encontré aterradoras las vivencias de uno de los personajes durante la segunda guerra mundial. Tal vez el problema esté en considerarla una novela, quizá entendiéndola como un ensayo novelado y publicitándola así, se podría disfrutar mas. En fin, literatura de ideas, porque no hay ni personajes ni peripecia. Si eres de los que no leen ciencia ficción porque piensas que consiste en una sucesión de aburridas explicaciones, esta novela confirmará todos tus temores. ¿La recomendaría? Bueno, como decían en el cuestionario de la extinta trabajobasura.info, claro que si. ¡A MI PEOR ENEMIGO!

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