“Domori” de Sofía Rhei
Me va a costar escribir esta reseña, sin soltar spoilers como loco. “Domori” parte de una idea idea imaginativa y bien desarrollada, de esas que sirven perfectamente para ambientar largas trilogía, para contar la típica historia de descubrimiento y auto-descubrimiento, en la que un personaje joven aprende los recovecos de su mundo y empieza a entenderse a sí mismo. Lo hace muy bien. “Domori” es una novelita fresca y agradable de leer, con la que he disfrutado mucho. Está bien escrita, dosifica adecuadamente la intriga y la acción y contiene algunas vueltas de tuercas inesperadas.
La idea principal, esa que me muero de ganas de revelar, es, como ya he dicho, brillante y me ha recordado algunos detalles que he oído mencionar, de una obra reciente mucho más publicitada, aunque como no la he leído y no hay nada nuevo bajo el sol, omitiré decir más.
En este mundo no hay nada perfecto, sin embargo, y hay un par de detalles que me han chirriado un poco.
Uno es que hay un par de conversaciones que no me han resultado naturales, de esas en las que los personajes desnudan su alma con una habilidad expresiva que parece exceder sus capacidades. Es un defecto que he encontrado a menudo en obras destinadas a un público juvenil. ¿Es esta una de ellas? No sabría decirlo, aunque sigue uno de sus esquemas clásicos, el contenido sexual del pasaje “azul” (los que la hayan leído me entenderán) y algún otro no pegan con esa etiqueta. De la violencia y la muerte no hablo, la literatura juvenil ya no es lo que era.
Y el otro es uno de esos temas tan personales, que me hacen parecer tan tiquismiquis, que entendería que la autora o sus fans me corrieran a gorrazos por la calle. Es el siguiente: no me ha gustado el uso metafórico que se da del término “terraformación” en el libro. Para los aficionados a la ciencia ficción, es demasiado evidente, para el resto del público es incomprensible. Si soy capaz de usar bien internet, no es un término que haya sido todavía aceptado por la RAE, si lo empleo delante de la mayoría de mis conocidos, se quedarán mirándome, preguntándose que me pasa en la boca. Además, suena raro, tiene muchas sílabas, no me parece un palabra que pasase con facilidad al lenguaje. ¿Cual usar en su lugar? Ah, esa es una buena pregunta. Es mucho mas fácil quejarse de las cosas que ofrecer alternativas.
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