“Herederos del tiempo” de Adrian Tchaikovsky



A pesar de su apellido de compositor ruso de música clásica, Adrian Tchaikovsky es un abogado y escritor inglés. La mayor parte de su obra está orientada hacia la fantasía, aunque su mayor éxito lo ha conseguido con su primera incursión en la ciencia ficción, este “Herederos del tiempo” que ha terminado siendo su primera novela publicada en España. Es un autor bastante seguido en los blogs y sitios web que suelo visitar, por lo que tengo la sensación de que había bastante expectación por su obra y, sinceramente, opino que esta novela habría tenido más repercusión si se hubiera distribuido de forma más clásica. No me sorprendería que “Spiderlight”, cuya publicación también está prevista para este año, terminara ganándola en recaudación.

En “Herederos del tiempo” un virus diseñado para acelerar la evolución en un planeta terraformado tiene un éxito inesperado sobre las arañas. La novela se compone de dos tramas paralelas. En una seguimos las desventuras de la tripulación de una nave arca que transporta los últimos restos de la humanidad, supervivientes de una guerra fratricida. En la otra seguimos el ascenso de la civilización arácnida. Unos capítulos están escritos en el pretérito tradicional y otros en presente. Aunque separadas por grandes espacios de tiempo, los personajes de las arañas protagonistas tienen siempre los mismos nombres (Portia, Viola...) y personalidades similares, lo que está relacionado con las características de su especie.

He leído a mucha gente quejarse de la parte de los humanos. No es para tanto. La historia de la Gilgamesh es amena y tiene un cierto regusto pulp que la hace simpática. Pero, en “Herederos del tiempo” las estrellas de la función son, definitivamente, las arañas.

Tchaikovsky consigue que el lector se sumerja en el interior de una forma de vida completamente extraña y describir su sociedad y su biología desde dentro. Una forma de vida en la que el lenguaje y gran parte de la percepción se realizan por el tacto, en la que no existen las relaciones familiares, tal y como nosotros las entendemos, totalmente ajena a la nuestra, aunque en ocasiones, sorprendentemente parecida.

Estoy seguro de que habrá algún crítico que se quejará de que en demasiadas ocasiones.

La recreación de este mundo arácnido es... sorprendente, fantástica. Me quedo sin adjetivos. La narración está llena de efectos ¡atiza! , como le gusta denominarlos a Rodolfo Martínez. Si las arañas son pasmosas, las hormigas no se quedan atrás. Para mi gusto, la parte del libro que narra el conflicto entre ambas especies se ha ganado a pulso un lugar en el Olimpo de los mejores momentos del género. Poco a poco, las arañas van comprendiendo su mundo, haciendo frente a nuevos peligros a nuevos desafíos y a conflictos internos, algunos de los cuales parecen un reflejo de nuestra propia historia y otros no. Y poco a poco, las arañas se van ganando el corazoncito del lector, con su sed insaciable de conocimientos, sus ansías de exploración y su capacidad para cuestionárselo todo, incluso a ellas mismas.

Al contrario que los seres humanos, las arañas de “Herederos del tiempo” tienen un Dios que se comunica con ellas, o lo intenta, alentándolas continuamente a progresar y mejorar sus capacidades científicas y tecnológicas y ni siquiera ese Dios se librará de su cuestionamiento, ni conseguirá imponerles su voluntad.

Puestos a buscarle alguna pega, vicio que encuentro irresistible, diré que el virus “evolucionador” por muy de diseño que sea, me resulta demasiado eficaz, sus efectos son tan grandes que lindan con la magia y que el final me ha parecido demasiado fácil, quizá algo improvisado. Aunque sin duda, el viaje para llegar a él haya valido la pena.

Una de las cosas más bonitas de la ciencia ficción, que raramente encuentro cuando leo ficción de otros géneros, es su capacidad de dirigir mi atención hacia temas en los que nunca antes me había fijado, desvelándome lo apasionantes que pueden llegar a ser cosas que consideraba aburridas o sin interés. Antes de leer “Herederos del tiempo”, nunca hubiera imaginado que las arañas pudieran ser tan fascinantes.

Comentarios

  1. A mí tampoco me pareció tan floja la historia de los humanos. Y el uso que hacen las arañas de las hormigas es alucinante. La fantasía me da un poco de pereza a estas alturas, pero si este tipo gasta siempre la misma imaginación me lo voy a plantear...

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    1. Bueno, desde entonces ha escrito más ciencia ficción, incluyendo una de perros militares inteligentes que no ha despertado gran entusiasmo. Gran parte de su obra transcurre en el mismo universo, donde los clanes protagonistas tienen caracteristicas de los insectos. Aunque reconoce su imaginación, Luis G. Prado no la pone muy bien http://artifexplus.blogspot.com/2018/11/herederos-del-tiempo-de-adrian.html

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  2. Hola!! Seria genial si alguno de Uds. podrían compartirlo conmigo. No lo he encontrado en la web y menos en mi país Uruguay. ducregistro@gmail.com
    Gracias

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    1. Yo lo compré aquí.
      Ignoro si hacen envíos al extranjero

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