“Buscando a Jake y otros relatos” de China Mieville




Toca reseña de antología de relatos. ¡Ay Dios! ¿Porqué me meto en estos follones?

Vale, está muy bien este libro. Adiós.

¿Qué quieren algo más? Vale, de nuevo. China Mieville demuestra que es tan bueno en la distancias cortas que en las largas. De hecho, es mucho mejor en las distancias cortas que en las distancias muuuyyyy laaaaaaargas. Eso ha sido una referencia poco sutil a “La estación de la calle Perdido”. Adiós.

No pienso ponerme a comentar relato a relato.







Vale, diré algo más, pero esto es la última vez.

El contenido es bastante variado.

Incluye una reedición de “El azogue” que ya leí en su día y que me he saltado.

Un pequeño regreso al mundo de Nueva Crobuzón en “Jack”.

Un cómic que no me ha resultado demasiado interesante “Rumbo al frente”. Cómo si no hubiera tenido bastante con los guiones de China Mieville en “Dial H for heroe”

“Noche de paz”, una sátira descacharrante y muy divertida. Algo de eso hay también en “Acaba con el hambre”.

Unos cuantos cuentos que oscilan entre lo inquietante y lo escalofriantes, dignos de episodios de “Twilight zone”: “El parque de bolas”, “Detalles” y “Cielos diferentes”. Tal vez el propio “Buscando a Jake” entraría en esta categoría, aunque es más expositivo y quizá también “Mensajero”, aunque a este lo he encontrado mas Kafkiano. Todos ellos son excelentes.

Excelentes son también “Informes sobre diversos sucesos acaecidos en Londres” y “Entrada extraída de una enciclopedia médica”, aunque estos dos son relatos muy especiales, puesto que no tienen casi argumento. Consisten básicamente en la exposición de una idea. ¿Qué porque los considero excelentes entonces? ¡Porque que pedazo de ideas que son! ¡Que ocurrencias más imaginativas, insólitas, brillantes y cautivadoras! Me quedo sin adjetivos. Y luego dicen que la ciencia ficción es el género de las ideas.

Por último, “Cimiento” y “Familiar” me han parecido los más flojos, aunque el punto de partida de los dos es interesante.

La principal pega que se le puede poner, es que los finales impactantes no son la especialidad del autor. Varios relatos, no sólo “Informes sobre diversos sucesos acaecidos en Londres” y “Entrada extraída de una enciclopedia médica”, sino también “Familiar” no parecen tener un final claro y en otros los finales no están a la altura. Ello no me ha impedido disfrutarlos. Es más, creo que he disfrutado esta antología incluso más que alguna de sus novelas.

Todas las virtudes del China Mieville novelista están aquí: su desconfianza del mundo capitalista, la mezcla de admiración y aversión que siente hacia las grandes ciudades, la simpatía hacía los revolucionarios, pero sin justificar jamás la violencia, pero sobre todo su increíble imaginación. Pero si en muchas de sus novelas parece que se limita a acumular idea improbable sobre idea más improbable todavía, sin otro objetivo aparente que erigir una pila lo más alta posible, la longitud de los relatos le permite hacer desarrollos más adecuados, en los que dedica a cada idea el tiempo necesario y suficiente.

Un volumen imprescindible para los admiradores de China Mieville. Sobre todo, para los que no hayan leído “El azogue”.

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