“Nómadas” de Robert C. Wilson
Nómadas es la historia de tres
hermanos, Karen, Laura y Tim, nacidos con el poder de viajar entre universos
paralelos. Oprimidos y maltratados por su padre, que consideraba que su don era
terriblemente peligroso, Tim acabó separándose de la familia y Karen dejó de
practicarlo y se obsesionó con llevar una vida normal. Cuando el hijo de Karen,
Michael, empieza a demostrar poseer los mismos poderes y a sufrir la
persecución de un misterioso “hombre gris” que ya les acechó durante su
infancia, Karen y Laura se embarcan en una búsqueda para descubrir el origen de
sus poderes que se remonta a su mismo nacimiento.
El punto fuerte de Wilson siempre
han sido los personajes, aunque a veces estén cortados por el patrón de los
tópicos de las películas para televisión. Esta novela no es una excepción, el
padre dominante y maltratador cuya sombra siempre está presente sobre sus
hijos, el ama de casa de mediana edad, con hijo adolescente, que intenta
recomponer su vida después de que su marido la abandone por una mujer mas
joven… Hay mucho de tópico en ello. Afortunadamente, Robert C. Wilson consigue
elevarse sobre estos clichés y otorgar a sus criaturas suficiente personalidad
como para que el lector simpatice con ellos y se involucre en sus penurias. Por
el contrario, el personaje de Laura, hija rebelde y antigua hippy no parece
encajar en ningún molde, y a través de él autor se permite una breve
desmitificación de los años sesenta, no exenta de nostalgia.
Las cosas son distintas con los
malos de la película. La historia de la familia White a menudo es interrumpida
por breves capítulos que transcurren en el mundo de los villanos. Dichos
capítulos no son muy largos y nos permiten comprender mejor lo que traman,
además de describirnos su mundo. Considero que son un error. Wilson ha cometido
la equivocación de tomar por tonto al lector y considerar que debe explicárselo
todo. Con ello gana en claridad, pero pierde en intriga. Es bien sabido que
nada aterra más que lo desconocido. La historia hubiera sido mucho más
impactante si el lector hubiera desconocido de antemano las intenciones de los
villanos, y las hubiera descubierto al mismo tiempo que los protagonistas.
Al final, lo único que ganamos es
la descripción de un mundo paralelo y esa misma descripción entorpece los
acontecimientos de esos interludios. Creo que Wilson estaba demasiado enamorado
de ese universo que había creado en su cabeza, y no pudo resistir la tentación
de compartirlo con sus lectores, un mal muy común entre los escritores de
literatura fantástica y de ciencia ficción en particular, a fin de cuentas,
probablemente fue ese mal el que les llevó a escribir.
¿Qué como es ese mundo? Ultra
religioso. He leído comentarios que lo emparientan con el de “Mysterium”. No
estoy seguro, a mi me parecen universos diferentes y el tema de los fanatismos
religiosos es otra constante de Wilson. Hay referencias que parecen chistes
personales o pistas que indican las divergencias temporales pero que no he
tenido fuerzas para intentar seguir.
La novela se lee muy bien. Está
escrita con la solvencia y la habilidad narrativa que cabe esperar de Robert
Charles Wilson. Es emocionante y tiene un buen sentido del ritmo. La conclusión
resulta un tanto precipitada, y no muy original, en el fondo recuerda, entre
otras cosas, a los tebeos de súper-héroes y a los animés: “¡Usa la fuerza,
Luke!”, me dieron ganas de exclamar No se puede decir que sea muy original,
pero está bien hilada, igual que las reflexiones sobre la maternidad, la
adolescencia, el paso de la culpa a través de las generaciones, la imaginación
o la realización personal, y no es poco mérito suscitar tantas reflexiones en
tan pocas páginas.
No es una gran novela, pero es
una buena novela, que merece la pena leer. Mejor que “Mysterium”, peor que “Testigos
de las estrellas” y claro, peor que “Spin”, pero es que hay obras difícilmente
superables.
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