“El secreto de la modelo extraviada” de Eduardo Mendoza
Nueva entrega de las delirantes aventuras del detective anónimo y enloquecido de Eduardo Mendoza. Cada vez más envejecido, pero no menos animoso ni sagaz, le encontramos al comienzo del relato empleado como repartidor de comida china. El mordisco de un perro le hará recordar una aventura pasada, situada al comienzo de la democracia, cuando, una vez mas, fue abducido de su manicomio de residencia, supuestamente para encontrar un perro extraviado, en realidad, para colgarle el muerto de un asesinato.
La novela se divide en dos partes, una primera en la que, como un falso culpable de una película de Hitchcock, huye de la policía mientras busca al verdadero culpable, y una segunda, situada en la actualidad, en la que, por ningún motivo racional, se empeña en retomar la investigación para resolver todos los cabos sueltos que quedaron en su día.
Esta división le permite a Eduardo Mendoza mostrarnos como la evolución de la sociedad, cuanto han cambiado las cosas para en el fondo seguir igual, y reflexionar sobre el paso del tiempo, la madurez y la vejez.
Pero, por encima de todos esos propósitos, el principal objetivo de la novela es divertirnos con las estrambóticas aventuras de su protagonista y las de los personajes, tan absurdos como humanos con los que se relaciona, en una trama en la que, aunque el autor se las apañe para acabar dando explicaciones racionales, caben desde apariciones fantasmales hasta ninjas, narrado todo con el peculiar estilo, exageradamente formal y culterano marca de la casa.
Ese objetivo lo logra completamente.
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