“Futuros Perdidos” de Lisa Tuttle



Clare Beckett es una mujer madura, cuya vida fue marcada desde sus adolescencia por la muerte de su hermano. Con estudios de matemáticas, siempre se sintió interesada por la teoría de los universos paralelos, que le ofrecía la existencia de mundos en los que su hermano estuviera vivo. Al empezar la novela mientras languidece en un trabajo anodino y una vida solitaria en la que no es capaz de mantener una relación estable, empieza a experimentar recuerdos de esas otras vidas posibles, flahsbacks indistinguibles de sus propios recuerdos.

La novela parte de una premisa condenadamente atractiva y sabe desarrollarla. Lisa Tuttle no tira por el camino fácil, Clare no visita mundos en los que el imperio romano nunca desapareció, los nazis ganaron la segunda guerra mundial o los extraterrestres se pasean por nuestras calles, sino mundos virtualmente idénticos, en los que su vida siguió caminos diferentes, se casó con su ex y tuvo hijos, se convirtió en una matemática eminente o en una enferma mental. La novela digamos que se centra en los aspectos psicológicos y en el espacio interior. Es la historia de una mujer insatisfecha que quiere cambiar su vida y que no sabe como hacerlo, situación agravada por sus saltos de realidad.

 El personaje de Clare Beckett es la estrella de la función y los demás son meros comparsas. Algunos, como sus padres, reciben chispas de humanidad que los animan, otros, como sus ex novios o parejas de este u otro universo, resultan mucho mas esquemáticos. Sophie, su mejor amiga, me ha resultado irritante, porque es la típica mejor amiga y persona súper positiva que solo encontramos en la ficción y porque al comienzo hace de cicerón sobre determinadas teorías filosóficas y psíquicas que la autora necesitaba exponer. Es un modo clásico de hacerlo pero muy poco sutil.

Clare está bastante bien desarrollada como personaje, aunque tengo alergia a los que se definen por su pasado traumático, en esta ocasión el tópico está justificado por la trama.

En contra de lo que se ha dicho, no hay mucho suspense psicológico en la novela. Aunque en alguna ocasión se lo plantee, para el lector no existe la menor duda de que Clare esta cuerda. Sus recuerdos alternativos están demasiado elaborados y tienen tanto en común con aspectos de su realidad que ella no puede conocer, que lo hacen imposible.

La novela se lee muy bien y, además, es una novela breve, de apenas doscientas páginas, lo que resulta de agradecer en estos tiempos que corren. Sin embargo, me ha dado la sensación de que le sobran páginas, de que Lisa Tuttle tenía una idea brillante para su novela, construyó un personaje adecuado para protagonizarla y lo lanzó a sus páginas, para luego no saber que hacer con ella durante bastante tiempo.

Por casi la mitad del libro, Clare se limita a intentar contrastar las nuevas realidades que visita con su propio mundo, contándoselo a alguien con cuyo yo alternativo estuviera muy próxima la otra versión de sí misma, consiguiendo normalmente que la tomen por loca y destrozando su relación con esa persona. A esta parte le sobran muchas de sus escasa páginas. Los capítulos seis y siete, en los que va a visitar a su familia por navidad, me parecen totalmente prescindibles, incluyen algunas reflexiones interesantes sobre como el azar y decisiones que en su momento parecían triviales determinan el curso de nuestras vidas, pero que ya se hacen en otros momentos de la novela. Aunque aumentan algo la sensación de aislamiento de Clare, en el fondo, su único propósito es sacarla de la ciudad, para que su mejor amiga pueda ir a recibirla a su regreso. Podríamos habérnoslos ahorrado yendo directamente a esa escena, que sí es importante y si tiene repercusiones.

El último cuarto, cuando las cosas empiezan a ir mal, es realmente adictivo, pero aunque empieza con un clímax desasosegante, al final no resulta para tanto y, frente algunas reflexiones y observaciones de gran calado, abundan también muchas obviedades que parecen sacadas de libros de auto ayuda o galletitas de la fortuna: “Tendrás que elegir [..] solo te queda hacerlo lo mejor posible, hacer lo que creas correcto y recordad que tus opciones están limitadas por personas y fuerzas externas a ti”, Toma el control de tu vida”, “Sé tu misma en lugar de intentar satisfacer las expectativas de los demás”.

Eso no quita que el ¿final? tenga muchas cosas buenas, incluyendo ese sense of wonder al que tan adicto soy, pero a pesar de sus muchas cosas buenas, incluso excelentes, no me quito de encima la sensación de que la historia podía haber dado mas de sí, que Lisa Tuttle no consiguió extraerle todo su potencial.

Comentarios

  1. Pues sí, un camino para tratar el tema de los universos paralelos más interesante que los habituales. Quizás por poco habitual. Coincido también en que la novela está un pelín estirada

    Alb

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, aunque es triste que me queje del número de páginas de una novela de poco mas de doscientas, cuando no tengo tan lejos el final de "Siete evas"

      Eliminar
  2. Jojo, no todo el mundo es Stephenson! Creo que es el único escritor cuya paginitis está justificada.

    Alb

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

“El fin de la muerte” de Cixin Liu

"Mark" de Robin Wood y Ricardo Villagrán

“La era del diamante: manual ilustrado para jovencitas” de Neal Stephenson